Hay sectores, especialmente sindicales, que dicen -y creen - tener la solución para todos los problemas socioeconómicos, sociopolíticos y cívico-sociales que vive nuestro país. Son gremios que se oponen a todo lo que realiza el gobierno, CUALQUIER GOBIERNO; gente ducha en hacer críticas y nunca están de acuerdo con nada...Son, en suma, como se dice en el argot popular, "...gente que ni rajan ni prestan el hacha...".
Ya pasaron las actividades del 20 de diciembre, las de Navidad y Año Nuevo... Atrás quedaron todas las manifestaciones de marchas y las expresiones 'antitodo'. Ahora, después de ese derroche de supratalento llevado a cabo sobre tarimas y al frente de marchas, y las comilonas de pavo y jamón, es momento de que nos ubiquemos en la realidad de hoy "con los pies bien puestos sobre la tierra".
Ayer fue Omar Torrijos Herrera quien, entre esa "enorme masa de gente", llamada pueblo, apareció en el escenario geopolítico nacional, con proyección internacional. Hoy se repite la historia y dentro ese mismo contexto político, aparece entre nosotros Ricardo Martinelli, quien, como aquel, no hay duda, posee la independencia de carácter que se necesita para dirigir el país, a pesar de todas las contradicciones que debe afrontar.
Decía Omar Torrijos: "...Le tengo una gran aversión a los latosos. Hablan mucho porque tienen poco que decir..." Y si Omar le llamo "lata", Ricardo Martinelli le llama "bochinche", porque cuando se tiene una apretada agenda de profundo contenido social y político, el dirigente, o el mandatario, no se detiene para justificar cada cosa que hace o dice. Su prioridad se centra más en soluciones y menos en explicaciones. Lo dejo de este tamaño. �Feliz Año Nuevo para todos! y �Au Revoir!
