El 2010 ha comenzado exactamente como terminó el 2009 en materia de seguridad. En en lo que va del año se han producido más de 40 homicidios, la mayoría de ellos relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico.
Hace dos días en Natá, cuatro cuerpos fueron hallados en una plantación de arroz. El mismo día, tres muchachos fueron masacrados luego de salir de una fiesta. Independientemente de las razones detrás de cada uno de esos crímenes, la realidad es que la violencia se está abriendo paso cada vez más en la sociedad.
Entre los planes del gobierno para combatir el crimen organizado y el negociado de las drogas, figura en un lugar predominante la instalación de bases aeronavales en varios del país. Sin embargo, es difícil para el panameño común, que ve en sus propios barrios como los "malandros" toman el control de sus vidas, entender cómo estas bases podrán devolverle la seguridad.
El gran problema del combate al crimen organizado en Panamá, es que se está haciendo énfasis en los decomisos, en tanto que se olvida investigar las conexiones de alto nivel con que cuentan los capos en este país. Para detener el negocio de la droga será necesario barrer de adentro hacia afuera, y no parece haber mucha disposición para hacerlo.