En uno de estos días pasados, cuando el temblor de Haití estaba en su punto y era el tema obligatorio en cualquier lado; cierta experiencia personal, me llamó muchísimo la atención y me puso a reflexionar sobre mis creencias y las creencias de los demás.
Escuchando a un grupo de personas hablar, oí a una de ellas decir: "�Pobre gente! Pero eso les pasó por practicar la santería, es un castigo de Dios"; a lo que otra persona reafirmó: "Yo pienso lo mismo, y justamente eso estaba comentando el pastor de mi iglesia; eso pasó porque en ese país hay mucha santería".
Con ese inicio, siguieron hablando de cómo la santería, la falta de una creencia en el único Dios verdadero, fue la culpable de aquel terrible sismo.
A lo que yo les respondí: �Saben qué deberíamos hacer? Todos los cristianos y creyentes de un único y verdadero Dios deberían vender sus blackberrys y donar el dinero a los damnificados del temblor. Todos me miraron mal. Entendí que definitivamente esa no era una opción.
Lo que me puso a pensar seriamente que si fuese verdad que aquel sismo fue culpa de una creencia religiosa distinta y "errónea", entonces �qué nos esperaría a nosotros, los creyentes de la religión "correcta", los alabadores de un único y verdadero Dios, que no somos capaces de cumplir con lo que, a mi parecer, es el principal de los mandamientos "amarás a tu prójimo como a ti mismo"?
Sólo nos creemos cristianos para ser salvos y juzgar; pero somos incapaces de cumplir con los mandamientos que nos convierten en tales.
Supongo que con la moderación y los nuevos tiempos, las cosas deben cambiar: incluyendo los mandamientos que, como "cristianos", deberían ser la muestra de nuestra fe, de nuestra "correcta" creencia. Quizás ahora aquel viejo y anticuado mandamiento de amar a tu prójimo (incluyendo a tu enemigo o un santero, hechicero, brujo, etc.) tendrá que reajustarse a nuestra realidad y es que hoy en día: "Amarás a tu blackberry sin que te importen los demás".