La leche, el yogur y los quesos son la fuente alimentaria principal de calcio; su contenido en vitamina D y lactosa contribuyen a que ese calcio sea de excelente asimilación. El calcio es un mineral esencial para prevenir la osteoporosis y la hipertensión arterial, enfermedades muy comunes en la tercera edad.
Además, los lácteos contienen proteínas de buena calidad, vitaminas A, B2 y B12. Además del calcio, fósforo y potasio.
Poseen, también, grasas saturadas y colesterol, por eso, lo ideal es consumirlos descremados.
El aporte de hidratos de carbono es en base a lactosa, lo cual representa un problema para aquellas personas que padecen intolerancia a la misma. A veces, este trastorno es bastante frecuente en los adultos mayores.
De cualquier manera, no siempre es necesario descartarlos del todo; usualmente, pequeñas cantidades de leche en diferentes preparaciones, el yogur o los quesos son bien tolerados. Igualmente, hoy en día existen en el mercado leches descremadas, deslactosadas, ideal para estos casos.