Las dietas siempre han sido uno de los temas de conversación favoritos, sobre todo entre las mujeres, tal vez porque importa mucho el aspecto y se intenta cuidarlo al máximo. Lo cierto es que independientemente de la figura, el estar delgado juega un papel muy importante para obtener y mantener una buena salud y para mejorar la calidad de vida en general.
De acuerdo con varias encuestas nacionales de nutrición, más de la mitad de las mujeres de 12-49 años tienen un problema con su peso y en zonas urbanas el 80% de los mayores de 30 años no realizan ejercicio ningún día a la semana.
La clave para obtener y mantener un peso es una adecuada elección del plan de alimentación, la cantidad de alimentos y la práctica irregular de la actividad física.
Existen un sinnúmero de dietas, que en muchas ocasiones nos la recomienda alguien, pero lo primero que hay que hacer es consultar con un médico nutricionista para que determine si hay alguna causa por la que aumentamos de peso, si existe alguna contraindicación o si lo que necesitamos es cambiar nuestros hábitos alimentarios y comer todo aquello que nos alimenta y eliminar los que nos engorda.
Entre las dietas más famosas de todos los tiempos están:
Dietas milagrosas o mágicas: Son aquellas que prometen una reducción de peso inmediata, pero generalmente sólo se pierde peso por pérdida de agua y no de grasa, por lo que el peso se recupera rápidamente y son de mucho riesgo para la salud.
Las dietas altas en proteínas: Se basan en el consumo de proteínas, eliminando los carbohidratos, y si bien se baja de peso, no ayudan a hacer músculo ni a quemar grasa.
Sólo la actividad física regular y el entrenamiento ayudan a fortalecer los músculos y quemar las calorías almacenadas en el cuerpo en forma de grasa.