En apenas 16 meses de gobierno de la "Patria Nueva", la deuda pública panameña registra un aumento del 14 por ciento. Los compromisos con los acreedores ascienden al monto de 10, 500 millones de dólares, luego de la reciente renegociación de bonos por la suma de 302 millones de dólares.
Cuando Martín Torrijos asumió la Presidencia de la República, la deuda era de 9, 203 millones de dólares, por lo que resulta preocupante que se reinicia una carrera de endeudamiento, sobre todo cuando los nuevos fondos son para pagar deudas viejas, en vez de desarrollar infraestructura.
La deuda panameña se disparó con el gobierno de los militares. A 1968, los compromisos del Estado con sus acreedores no superaban los 300 millones de dólares, pero al caer la dictadura, la cifra se acercaba a los 6, 000 millones de dólares.
Por años, cada gobierno promete adoptar medidas para controlar el crecimiento de la deuda, pero al final terminan sumándose a la contratación de más deuda en una carrera de nunca terminar.
Tomando en cuenta la población del país y su Producto Interno Bruto, el nivel de la deuda panameña es preocupante. Hay que hacer algo y no esquivar la responsabilidad.
Para los gobiernos resulta fácil contratar cada año nueva deuda para cubrir el déficit en sus presupuestos, en vez de aplicar un programa de ajustes de gastos para reducir poco a poco la deuda pública que nos asfixia cada día más. El momento de tomar decisiones es hoy.