Después de la cena familiar, los padres recogen las monedas de alrededor de la estufa y toman otras 100 monedas de cobre y les pasan un hilo rojo por el centro para formar collares que se los entregan a los niños con el fin de que sean bendecidos y puedan vivir una larga vida, esto es llamado dar dinero de protección.
Según la leyenda, hay un espíritu o fantasma llamado Sui, que en la víspera de Año Nuevo toca la cabeza de los niños cuando están dormidos, entonces se despiertan asustados y llorando. Después les da fiebre, dolor de cabeza y quedan atontados. Por eso, esa noche, los padres tienen que hacer guardia a lado de los niños hasta que amanezca.