Jueves 4 de febrero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Nubarrones políticos

En la provincia de Coclé se ha desatado una controversia entre candidatos del Partido Revolucionario Democrático y el Partido Liberal Nacional por la postulación de candidatos en circuitos uninominales, lo que hace suponer que la tan proclamada unidad del oficialismo está en duda.

A pesar de que los organismos encargados de vigilar la ética de los comicios están pidiendo cordura y mesura en la contienda electoral, todavía hay fisuras que se advierten por la actitud de los propios candidatos que no disimulan en proyectar una imagen de que no habrá actitud de limar asperezas porque nadie quiere ceder a lo que supuestamente se han ganado al triunfar en unas elecciones primarias.

Las diatribas entre la alcaldesa Mayín Correa y el aspirante Juan Carlos Navarro, también están en el tapete al denunciar el exdirector de ANCON a la Primera Autoridad del Distrito Capital de nepotismo, señalando que tiene un número plural de parientes nombrados en la Alcaldía capitalina. Los casos de Víctor Méndez Fábrega y Mariela Jiménez, del Papa Egoró; de Alfredo Oranges Bustos; de Rosa de Shailer y otros se comentan en los medios de comunicación y en los corrillos políticos con más inquietud de lo acostumbrado. Y a ello hay que añadir los cuestionamientos que se hacen los candidatos presidenciales sobre la propuesta del aspirante Alberto Vallarino, de que podrá lograr 250,000 plazas de trabajo para resolver el grave problema de la falta de empleos en nuestro país.

Hasta los más optimistas, exceptuando los entusiastas de Unión Opositora que creen en esa propuesta, dudan que se pueda cumplir a cabalidad ese objetivo y en el horizonte canalero también aparecen nubarrones sobre la anunciada marcha de empleados de la vía interoceánica, que se han dejado obnubilar por lo que creemos es una utopía que se le paguen indemnizaciones por 7,000 millones de balboas en prestaciones atrasadas.

Como es evidente, el ambiente se está caldeando y a ello contribuye un clima de desengaño, frustración y desánimo. Los dirigentes políticos deben reflexionar sobre las consecuencias de que se altere la tan decantada paz social. Estamos en las postrimerías de la ruta al milenio y debemos proyectar madurez cívica y no desasosiego, sin embargo, los dirigentes de la política partidista parecen no ver más allá de sus narices cuando atizan la hoguera de las bajas pasiones.

Debemos enfrentar los próximos comicios con altura y responsabilidad. No hacerlo pone en grave peligro a la democracia.


 

 

 



 

AYER GRAFICO
Expresidentes de la República y rivales políticos en la Comandancia de la Guardia Nacional


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no coopero con el aseo


OPINIONES




 

 

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