El gobierno ensaya ahora un nuevo esfuerzo para reforzar la lucha contra la delincuencia. Ya se coordina una reunión del mandatario Martín Torrijos con los altos cargos de la Policía, del Ministerio de Gobierno, la Procuraduría y de la Corte Suprema de Justicia.
Todo indica que ante la cercanía del final de su mandato, Torrijos programa aplicar la mano dura que implementó la administración arnulfista, durante los últimos meses de la pasada administración.
Una de las promesas de la Patria Nueva fue dotar al país de una seguridad integral, pero se han dado fallas en ese renglón. Quizás en los últimos 16 meses de gestión que le falta al actual gobierno, se pueda cumplir lo que se anunció en la campaña electoral del 2004.
Las estadísticas revelan que en enero hubo 37 asesinatos. El narcotráfico y el lavado de dinero siguen siendo el principal talón de Aquiles en la seguridad panameña.
Más que reuniones para coordinar acciones, lo importante es mantener una presencia en las calles de la Fuerza Pública y que esto no sólo sea para Navidad y Carnaval. Ya la PTJ pasó a formar parte de la Policía Nacional y esa institución tiene suficientes recursos económicos y ahora hasta tecnológicos para enfrentar al crimen.
Más que promulgar nuevas leyes y aumentar penas, la Fuerza Pública debe cumplir su labor preventiva y no actuar sólo como ente represivo, de lo contrario la lucha contra la delincuencia estará perdida.