Martes 9 de febrero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
El frío no está en las sábanas

La denuncia frontal voceada por los gremios médicos panameños sobre el caos creciente que campea en el sector Salud pone de manifiesto que un descalabro administrativo de dimensiones colosales domina estos importantísimos quehaceres de la vida nacional.

Los hospitales en desgreño; las carencias de suministros y equipos adecuados y suficientes; el tráfico de recomendados y escogidos para los destinos burocráticos, y profesionales eludiendo los trámites de selección y empleo; las decisiones hepáticas, a contrapelo del sentido popular, tal la propuesta de privatización del IDAAN; así como la insuficiente incorporación de controles al gasto en los manejos del Hospital de San Miguelito, modelo de una forma privatizada y pública de atención, de cuyos resultados pende la generalización y ampliación nacional, en los planes gubernativos perredistas, forman parte del inventario de equívocos y deterioros graves en Salud.

La respuesta ministerial al denuncio de los galenos fue la orden de realizar una auditoría personal al desempeño de los médicos asalariados por el Estado, de manera que se determine con precisión quiénes, dónde, cuándo y con cuáles salarios y remuneraciones se les recompensa.

Esta decisión burocrática queda en suspicacia a los ojos del ciudadano sencillo al percibirla como una manera de reciprocar cuestionamientos que encubran y desvíen las denuncias sensitivas que hiciera COMENENAL.

En anteriores ocasiones se realizaron áuditos de personal al cumplimiento horario de los médicos y otros profesionales de la Salud; medida que nadie descalifica, ni niega en su valor para precisar la idoneidad del gasto salarial que la planilla origina; sin embargo resulta una búsqueda cosmética, de enmascaramiento de las durezas de la realidad que soporta el vivir panameño en las áreas sanitarias y hospitalarias.

De poco sirve que la plantilla de médicos, enfermeras y técnicos laboratoristas concurra con puntualidad a sus puestos y permanezcan la totalidad de sus horarios en los centros de salud y hospitales, si los apoyos materiales, los insumos, los equipos y sus soportes para el desempeño permanecen ausentes.

Las acciones salutíferas y sanitarias son prioridad de altísimo nivel en la vida social, motivo básico por el cual resulta grosero que se partidarice y se haga materia de compadrazgos, partidarismos y amiguismos; asimismo, que para cubrir extravíos y arbitrariedades, se recorte los dineros de las partidas, olvidando el refrán que reza "que el frío no está en las sábanas"; y como decía el ilustre Jorge Eliécer Gaitán, "el paludismo del campesino liberal es igual al del campesino conservador" no lo olvidemos.


 

 

 



 

AYER GRAFICO
El Doctor Arnulfo Arias recibe sus credenciales como Presidente Electo


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, utilizo mal los servicios públicos de salud


OPINIONES




 

 

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