EDITORIAL
El frío no está en las sábanas
La denuncia frontal voceada
por los gremios médicos panameños sobre el caos creciente
que campea en el sector Salud pone de manifiesto que un descalabro administrativo
de dimensiones colosales domina estos importantísimos quehaceres
de la vida nacional.
Los hospitales en desgreño; las carencias de suministros y equipos
adecuados y suficientes; el tráfico de recomendados y escogidos para
los destinos burocráticos, y profesionales eludiendo los trámites
de selección y empleo; las decisiones hepáticas, a contrapelo
del sentido popular, tal la propuesta de privatización del IDAAN;
así como la insuficiente incorporación de controles al gasto
en los manejos del Hospital de San Miguelito, modelo de una forma privatizada
y pública de atención, de cuyos resultados pende la generalización
y ampliación nacional, en los planes gubernativos perredistas, forman
parte del inventario de equívocos y deterioros graves en Salud.
La respuesta ministerial al denuncio de los galenos fue la orden de realizar
una auditoría personal al desempeño de los médicos
asalariados por el Estado, de manera que se determine con precisión
quiénes, dónde, cuándo y con cuáles salarios
y remuneraciones se les recompensa.
Esta decisión burocrática queda en suspicacia a los ojos
del ciudadano sencillo al percibirla como una manera de reciprocar cuestionamientos
que encubran y desvíen las denuncias sensitivas que hiciera COMENENAL.
En anteriores ocasiones se realizaron áuditos de personal al cumplimiento
horario de los médicos y otros profesionales de la Salud; medida
que nadie descalifica, ni niega en su valor para precisar la idoneidad del
gasto salarial que la planilla origina; sin embargo resulta una búsqueda
cosmética, de enmascaramiento de las durezas de la realidad que soporta
el vivir panameño en las áreas sanitarias y hospitalarias.
De poco sirve que la plantilla de médicos, enfermeras y técnicos
laboratoristas concurra con puntualidad a sus puestos y permanezcan la totalidad
de sus horarios en los centros de salud y hospitales, si los apoyos materiales,
los insumos, los equipos y sus soportes para el desempeño permanecen
ausentes.
Las acciones salutíferas y sanitarias son prioridad de altísimo
nivel en la vida social, motivo básico por el cual resulta grosero
que se partidarice y se haga materia de compadrazgos, partidarismos y amiguismos;
asimismo, que para cubrir extravíos y arbitrariedades, se recorte
los dineros de las partidas, olvidando el refrán que reza "que
el frío no está en las sábanas"; y como decía
el ilustre Jorge Eliécer Gaitán, "el paludismo del campesino
liberal es igual al del campesino conservador" no lo olvidemos.
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