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Mientras el estado no mueve un dedo, los sindicalistas esperan otras negociaciones.  |
Las cosas se le ponen más difíciles a los trabajadores de la Puerto Armuelles Fruit Company (PAFCO), quienes pretenden comprarle a la empresa los activos de sus alicaídas plantaciones bananeras.
Ayer el Primer Vicepresidente de la República, Arturo Vallarino, recalcó que el gobierno no está en posibilidades de asumir un control estatal de las actividades bananeras en el sector, y se mostró reacio a ayudar a los trabajadores con financiamiento para adquirir los activos de PAFCO.
Luego de que el Gerente del Banco Nacional, Bolívar Pariente, sostuviera que no prestaría dinero a una cooperativa de ex empleados, Vallarino señaló que la única esperanza es que surja una empresa nueva dispuesta a ocupar el lugar que hasta hoy ocupa PAFCO en el escenario bananero de Puerto Armuelles. "Eso no es fácil, porque no se trata nada más de comprar los activos, hay que tomar en
consideración el pasivo laboral. Y lo más significativo es el mercadeo de la fruta. Y el gobierno nacional no tiene experiencia ni capacidad para desarrollar una actividad económica como esta", afirmó el Vicepresidente. "Ojalá que apareciera una empresa bananera, alemana o de cualquier nacionalidad, que pudiera continuar o incrementar la actividad".
El Vicepresidente indicó que hasta el momento la propuesta más lógica ha sido que esta cooperativa controle las plantaciones y que vendan la fruta a una empresa que se encargue de comercializarla, pero hizo la salvedad de que existe la barrera de un mercado europeo cerrado al banano panameño.
"Nosotros hasta ahora hemos ayudado (a los trabajadores) en la medida de nuestras posibilidades. Lo único que el gobierno no se va a convertir en este caso en empresario para continuar con esto, pero siempre hemos estado", comentó.
Para hoy se espera una nueva reunión entre representantes de PAFCO y de su sindicato de trabajadores, los cuales presentarán una contrapropuesta de compra de los activos. La semana pasada, PAFCO puso en la mesa un precio de 39 millones de balboas. |