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He bromeado en ocasiones afirmando que Dean Koontz es el Seinfeld de la Literatura: Escribe acerca de nada. Esto, cabe resaltar, en ningún momento lo he dicho con el ánimo de desprestigiar su trabajo. De hecho, Koontz es uno de mis autores favoritos (y Seinfeld me hacía reír a carcajadas). Pero mientras que John Grisham escribe thrillers legales, Jorge Thomas se dedica a la novela histórica, Dean Koontz escribe acerca de personajes comunes. O quizás esa no es la descripción adecuada, pues debemos dar gracias a que los antagonistas de Koontz no son corrientes. Procuro no cruzar la línea entre un autor y su obra. Por eso, aunque he leído más de una docena de libros de Koontz, jamás me había inmutado en buscar su biografía.
WHISPERS CAMBI� MI POSICI�N
La novela en cuestión llegó a mis manos apenas hace un mes, pero tiene tanto tiempo de existir como yo. Dean la escribió en 1979. Whispers nos cuenta la historia de dos personas. Por un lado tenemos a Hilary Thomas, una joven cineasta que ha alcanzado un grado de éxito con el cual ni siquiera había podido soñar durante la juventud que pasó sujeta a padres abusivos, pero que goza del triunfo material mas teme avanzar emocionalmente. Por el otro tenemos a Bruno Frye, la peor pesadilla de Hilary. Un monstruo que irrumpe en su casa sin motivo dispuesto a destrozarla a como dé lugar. Criado por una madre demente, Bruno es el producto de arduos años sometido al cincel de su progenitora. A lo largo de las páginas de Whispers el relato me hizo recordar el pedazo que alcancé a ver hace años de una entrevista que Larry King le hizo al autor. Dean Koontz se ha hecho rico escribiendo novelas de suspenso, los famosos thrillers en la lengua anglosajona. Sus novelas siempre te mantienen al borde del asiento . Pero esa descripción de su trabajo no se ajusta a la realidad. Tampoco puedo seguir tildándolo del Seinfeld literario. Dean Koontz no escribe sobre "nada", tampoco, sino todo lo contrario. Sus historias son acerca del tema más importante de todos. |
