Domingo 14 de febrero de 1998

 








 

 

 


Carnavales: culto a la depravación

Jean Marcel Chery
Crítica en Línea

En las útimas 48 horas, Luis había bailado con un trasvestis, tenido sexo con tres desconocidas, y recibido un diagnóstico de intoxicación etílica. Pero, ya recobrado, recordó que aún faltaban dos días, en los cuales esperaba superar sus "proezas" del sábado y domingo de carnaval.

El muchacho liba, fornica y rinde tributos a dios Momo sin remordimiento alguno, porque sabía que el Miércoles de Ceniza volvería a su iglesia a pedir perdón por los pecados cometidos durante las fiestas de la carne.

Este año, Luis viajó nuevamente al mismo punto del interior del país con sus amigos, y junto a ellos el inseparable cargamento de licor y preservativos, porque su consigna es, al igual que el año pasado, "todo es válido".

Es que son cuatro días en los cuales ­pareciera que- están vedados los principios morales, bajo pena de ser rechazado y mal visto por los seguidores de Momo.

Ni "los guías espirituales" pueden evitar que sus feligreses se olviden de las doctrinas enseñadas y den rienda suelta a sus más bajas pasiones.

Así lo confirmó el padre David Cosca, al indicar que los carnavales son una fiesta pagana, pero "no podemos atarle los pies y las manos a ningún joven para que no vayan a celebrarla".

Cosca reconoció que sólo le queda sugerirle a su grey que "si se van a divertir lo hagan con sentido sano, recordando que son cristianos".

El religioso católico fustigó las fiestas carnestolendas, a sus organizadores y promotores, porque además de robarle a la mayoría de su congregación durante cuatro días, fomenta el derroche indiscriminado de dinero, habiendo tanta pobre marginada, (que tampoco hace caso a sus limitaciones para abocarse a celebrar los carnavales).

"Durante los carnavales se gasta más dinero de lo que se debe, y así no se puede hablar de una sociedad más justa", agregó Cosca.

Pero, cuando viene el Miércoles de Ceniza están todos en la Iglesia, agregó.

De acuerdo al padre, a los poderes económicos les convienen todo estos actos masivos de corrupción, porque es pan y circo para el pueblo, quien mientras tenga la consciencia dormida (o aturdida por el licor), no podrá pedir justicia.

HISTORIA DE LOS CARNAVALES

Estos miles de panameños se lanzan a la celebración carnestolenda años tras año, sin conocer su sentido, ni su origen.

El historiador Alvaro Menéndez Franco explicó que los carnavales fueron introducidos en la región por los esclavos que eran capturados en Africa. El sacerdote y abogado español Fray Bartolomé de las Casas, desde Chiapas en México, le pide a los virreyes traer esclavos negros para sustituir a los indígenas, que eran más débiles físicamente para realizar los trabajos de la tierra, la minería y la pesca.

Con la llegada de los esclavos negros, especialmente con los mandingas y los del Congo, surgieron los carnavales en toda la sociedad panameña.

Menéndez Franco explicó que los amos permitían a sus escalvos celebrar una fiesta compensatoria, en la cual se le daba a los esclavos un día en el cual eran libres y tenían derecho a hacer los que les daba la gana en materia de festividades, embriagarse, tener relaciones íntimas, disfrazarse y hasta burlarse de sus señores. Era una especie de válvula de escape de la esclavitud, sostuvo.

Hay que recordar que toda la costa norte de Panamá estaba habitada por negros, y también hubo asentamientos negros en el Darién. También en todo el mar Caribe, influencia negra muy fuerte. En Panamá llega como una expresión cultural del pueblo afropanameño, que se asienta en este país con la construcción del Canal francés y del Canal norteamericano de este siglo.

Sin embargo, la clase dominante blanca asimiló la celebración del carnaval y le quitó el carácter de exclusividad de los esclavos, sostuvo el historiador, director del Departamento de Educación y Cultura de la Alcaldía de Panamá.

De acuerdo a Menéndez Franco, los blancos dicen: "los esclavos se están divirtiendo mucho, por qué no sumarnos" y es así que inicia el proceso de incorporación del carnaval, como una manifestación del folclor de origen español o andaluz a la misma celebración de los esclavos, dando un carácter de una especie de mezcla de varias culturas.

Y luego deja de ser una expresión de la esclavitud, para convertirse en un preludio de las fiestas católicas de la cuaresma. El carnaval es la contraparte de la cuaresma, después del miércoles de ceniza entramos en cuarenta día de purificación después que en los cuatro días se ha pecado en todas las formas.

En eso no ha cambiado mucho la celebración del carnaval, a través de los años.

CADA AÑO AUMENTA LA DEPRAVACION EN EL CARNAVAL

El sociólogo Raúl Leis dijo que durante las últimas celebraciones carnestolendas se ha notado un desenfreno desmedido de los participantes en estas fiestas.

Explicó que es claro que de todas las festividades que se celebran en Panamá, la que más se presta a este tipo de actitud son los carnavales, por sus propias características. Es una fiesta de consumo de libertad, que la gente considera que puede romper las normas de una manera mucho más abierta, añadió.

Las otras fiestas están enmarcadas en un entorno especial, por ejemplo la Navidad en su entorno familiar; mientras que el 3, 4, 10 y 28 de noviembre se desarrollan dentro del sentido patrio. Pero la única celebración que tiene como centro la fiesta misma es el carnaval, argumentó el sociólogo.

Para Leis, la depravación aumentativa en los últimos años es consecuencia directa del problema de crisis familiar, que también crece en la misma proporción. La crisis social de valores permite que se dé una ruptura más fuerte.

Y en la medida que esa desintegración familiar y social se va acentuando, encuentra en el carnaval un espacio necesario, "un caldo de cultivo", para desahogar y explotar todas esas pasiones de comportamiento, destacó Leis. "Esa crisis se viene acentuando, y el carnaval es una muestra de ello", aseguró.

Empero, además de los actos bochornosos que suelen transmitirse por televisión durante carnavales, en los últimos años se han caracterizado por la introducción de un nuevo elemento: la participación de la comunidad gay. La ministra de Gobierno y Justicia, Mariela Sagel, dijo que "nosotros no podemos impedirle que participen, le hemos solicitado guardar cierta compostura porque la Iglesia ha sido muy crítica en el ejemplo que pueden estar brindando para la juventud".

Pero la Premier advirtió que "si violan las normas, la policía tendrá que intervenir, porque el problema es que sean comedidos".

En tanto, el sociólogo Raúl Leis dijo que hay remedio para la creciente depravación que está caracterizando los carnavales panameños. La solución está en la prevención. Es necesario mucha educación y orientación de parte de los organismos que impactan a la gente, como son los medios de comunicación, las iglesias, la familia, el sistema educativo.

De acuerdo a Leis, todos tienen que construir mucho para orientar a la gente, no para que se abstengan de participar, sino para que participen de una manera sana y madura.


 

 

 




 

De acuerdo al padre, a los poderes económicos les convienen todo estos actos masivos de corrupción, porque es pan y circo para el pueblo, quien mientras tenga la consciencia dormida (o aturdida por el licor), no podrá pedir justicia.

 

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