Carnavales: culto a la depravación
Jean Marcel Chery
Crítica en Línea
En las útimas 48 horas,
Luis había bailado con un trasvestis, tenido sexo con tres desconocidas,
y recibido un diagnóstico de intoxicación etílica.
Pero, ya recobrado, recordó que aún faltaban dos días,
en los cuales esperaba superar sus "proezas" del sábado
y domingo de carnaval.
El muchacho liba, fornica y rinde tributos a dios Momo sin remordimiento
alguno, porque sabía que el Miércoles de Ceniza volvería
a su iglesia a pedir perdón por los pecados cometidos durante las
fiestas de la carne.
Este año, Luis viajó nuevamente al mismo punto del interior
del país con sus amigos, y junto a ellos el inseparable cargamento
de licor y preservativos, porque su consigna es, al igual que el año
pasado, "todo es válido".
Es que son cuatro días en los cuales pareciera que- están
vedados los principios morales, bajo pena de ser rechazado y mal visto por
los seguidores de Momo.
Ni "los guías espirituales" pueden evitar que sus feligreses
se olviden de las doctrinas enseñadas y den rienda suelta a sus más
bajas pasiones.
Así lo confirmó el padre David Cosca, al indicar que los
carnavales son una fiesta pagana, pero "no podemos atarle los pies
y las manos a ningún joven para que no vayan a celebrarla".
Cosca reconoció que sólo le queda sugerirle a su grey que
"si se van a divertir lo hagan con sentido sano, recordando que son
cristianos".
El religioso católico fustigó las fiestas carnestolendas,
a sus organizadores y promotores, porque además de robarle a la mayoría
de su congregación durante cuatro días, fomenta el derroche
indiscriminado de dinero, habiendo tanta pobre marginada, (que tampoco hace
caso a sus limitaciones para abocarse a celebrar los carnavales).
"Durante los carnavales se gasta más dinero de lo que se
debe, y así no se puede hablar de una sociedad más justa",
agregó Cosca.
Pero, cuando viene el Miércoles de Ceniza están todos en
la Iglesia, agregó.
De acuerdo al padre, a los poderes económicos les convienen todo
estos actos masivos de corrupción, porque es pan y circo para el
pueblo, quien mientras tenga la consciencia dormida (o aturdida por el licor),
no podrá pedir justicia.
HISTORIA DE LOS CARNAVALES
Estos miles de panameños se lanzan a la celebración carnestolenda
años tras año, sin conocer su sentido, ni su origen.
El historiador Alvaro Menéndez Franco explicó que los carnavales
fueron introducidos en la región por los esclavos que eran capturados
en Africa. El sacerdote y abogado español Fray Bartolomé de
las Casas, desde Chiapas en México, le pide a los virreyes traer
esclavos negros para sustituir a los indígenas, que eran más
débiles físicamente para realizar los trabajos de la tierra,
la minería y la pesca.
Con la llegada de los esclavos negros, especialmente con los mandingas
y los del Congo, surgieron los carnavales en toda la sociedad panameña.
Menéndez Franco explicó que los amos permitían a
sus escalvos celebrar una fiesta compensatoria, en la cual se le daba a
los esclavos un día en el cual eran libres y tenían derecho
a hacer los que les daba la gana en materia de festividades, embriagarse,
tener relaciones íntimas, disfrazarse y hasta burlarse de sus señores.
Era una especie de válvula de escape de la esclavitud, sostuvo.
Hay que recordar que toda la costa norte de Panamá estaba habitada
por negros, y también hubo asentamientos negros en el Darién.
También en todo el mar Caribe, influencia negra muy fuerte. En Panamá
llega como una expresión cultural del pueblo afropanameño,
que se asienta en este país con la construcción del Canal
francés y del Canal norteamericano de este siglo.
Sin embargo, la clase dominante blanca asimiló la celebración
del carnaval y le quitó el carácter de exclusividad de los
esclavos, sostuvo el historiador, director del Departamento de Educación
y Cultura de la Alcaldía de Panamá.
De acuerdo a Menéndez Franco, los blancos dicen: "los esclavos
se están divirtiendo mucho, por qué no sumarnos" y es
así que inicia el proceso de incorporación del carnaval, como
una manifestación del folclor de origen español o andaluz
a la misma celebración de los esclavos, dando un carácter
de una especie de mezcla de varias culturas.
Y luego deja de ser una expresión de la esclavitud, para convertirse
en un preludio de las fiestas católicas de la cuaresma. El carnaval
es la contraparte de la cuaresma, después del miércoles de
ceniza entramos en cuarenta día de purificación después
que en los cuatro días se ha pecado en todas las formas.
En eso no ha cambiado mucho la celebración del carnaval, a través
de los años.
CADA AÑO AUMENTA LA DEPRAVACION EN EL CARNAVAL
El sociólogo Raúl Leis dijo que durante las últimas
celebraciones carnestolendas se ha notado un desenfreno desmedido de los
participantes en estas fiestas.
Explicó que es claro que de todas las festividades que se celebran
en Panamá, la que más se presta a este tipo de actitud son
los carnavales, por sus propias características. Es una fiesta de
consumo de libertad, que la gente considera que puede romper las normas
de una manera mucho más abierta, añadió.
Las otras fiestas están enmarcadas en un entorno especial, por
ejemplo la Navidad en su entorno familiar; mientras que el 3, 4, 10 y 28
de noviembre se desarrollan dentro del sentido patrio. Pero la única
celebración que tiene como centro la fiesta misma es el carnaval,
argumentó el sociólogo.
Para Leis, la depravación aumentativa en los últimos años
es consecuencia directa del problema de crisis familiar, que también
crece en la misma proporción. La crisis social de valores permite
que se dé una ruptura más fuerte.
Y en la medida que esa desintegración familiar y social se va
acentuando, encuentra en el carnaval un espacio necesario, "un caldo
de cultivo", para desahogar y explotar todas esas pasiones de comportamiento,
destacó Leis. "Esa crisis se viene acentuando, y el carnaval
es una muestra de ello", aseguró.
Empero, además de los actos bochornosos que suelen transmitirse
por televisión durante carnavales, en los últimos años
se han caracterizado por la introducción de un nuevo elemento: la
participación de la comunidad gay. La ministra de Gobierno y Justicia,
Mariela Sagel, dijo que "nosotros no podemos impedirle que participen,
le hemos solicitado guardar cierta compostura porque la Iglesia ha sido
muy crítica en el ejemplo que pueden estar brindando para la juventud".
Pero la Premier advirtió que "si violan las normas, la policía
tendrá que intervenir, porque el problema es que sean comedidos".
En tanto, el sociólogo Raúl Leis dijo que hay remedio para
la creciente depravación que está caracterizando los carnavales
panameños. La solución está en la prevención.
Es necesario mucha educación y orientación de parte de los
organismos que impactan a la gente, como son los medios de comunicación,
las iglesias, la familia, el sistema educativo.
De acuerdo a Leis, todos tienen que construir mucho para orientar a la
gente, no para que se abstengan de participar, sino para que participen
de una manera sana y madura.
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