El acontecimiento político más importante ha sido el anuncio de la formación del Partido Frente Amplio por la Democracia, hecho por las fuerzas izquierdistas militantes, donde se reúnen grupos gremiales y sociales.
El desarrollo del país exige una mayor concertación y armonía entre los componentes de la sociedad y, con la formación de este partido, se podrá establecer la diferencia entre la lucha gremial y la política.
Con la ascensión al poder de Ricardo Martinelli, el país pudo demostrar que la derecha empresarial puede ubicarse en la competición política junto a la izquierda democrática, corriente abandonada por el Partido Revolucionario Democrático (PRD).
La formación del Frente marca la ruta para los demás partidos y demuestra que todos tienen un origen liberal y que en la medida que avance la izquierda, no les quedará más remedio que fusionarse, incluyendo al PRD.
Las fusiones de los partidos y varios integrantes del PRD con Cambio Democrático, no es más que la antesala de lo que viene, frente a estos grupos que emergen.
El oportunismo y la defensa de la impunidad que mantiene el PRD, además de sus mentiras, lo hace crear espejismos. Ayer lo hicieron con Noriega, inventando el nacionalismo y la figura del jefe de Gobierno, para no perder el poder.
Este partido comienza a ser devorado por los cambios y por la nueva era. Su intento de replantear su postura y de salir de la derecha hacia la izquierda con Balbina Herrera les resultó un fracaso. Han creado un mundo de mutuos elogios y se han olvidado de sus bases que comienzan a encontrar mejores ofertas electorales en todas direcciones.
El Frente Amplio por la Democracia será lo nuevo en el 2014 frente a un gobierno cuyo reto es cumplir las promesas de campaña y terminar sus proyectos.