El Barcelona pasó apuros para empatar 1-1 a un inspirado Lyon en Francia, que cedió ante la presión del conjunto español en la segunda mitad.
Un gol de Henry evitó la derrota de un Barcelona desfigurado, que vivió con el marcador en contra desde el minuto 7, debido a un error de Valdés en una falta cobrada por Juninho.
Ambos equipos firmaron el 1-1 y la serie se definirá en el Camp Nou en el juego de vuelta.
Más allá del resultado, las sensaciones que transmite el conjunto que entrena Pep Guardiola no son buenas. Ese equipo arrollador, que sometía a los rivales con un juego casi perfecto, dinámico, atractivo y divertido, parece ahora un grupo inseguro, desconfiado, que se ha dejado en el camino la excelencia, la lucidez en la creación y la seguridad defensiva.