MENSAJE
Regalo de aniversario
- Hermano Pablo,
- Costa Mesa, California
Será mi regalo de
aniversario», dijo Cristina Fourneaux mientras la conducían
en la camilla. El cirujano que hizo la operación dijo lo mismo: &laqno;Será
su regalo de aniversario.» Las enfermeras que participaron en la operación
expresaron lo mismo: &laqno;Será su regalo de aniversario.»
Por su parte, John Fourneaux, el esposo que recibía el regalo,
dijo: &laqno;Es el mejor regalo de aniversario que pudiera haber recibido.»
¿Qué era el regalo? Era el riñón de su esposa
que John recibía de urgencia.
A los nueve años exactos de casados, John necesitó urgentemente
un riñón. Después de los exámenes del caso y
de comprobarse que su esposa podía ser una donante, ella inmediatamente
accedió. &laqno;Mi esposa me dio una parte de ella misma -dijo el
hombre-. Amor como ése no se puede describir.»
Este fue un caso notable que ocurrió en el estado de Minnesota,
Estados Unidos. Un hombre necesitaba con urgencia un riñón.
Los riñones son escasos. Su esposa no vaciló ni un momento,
sino que le dio a su esposo uno de los suyos.
Muchos confunden el amor con un beneficio. Aman si a cambio reciben algo.
¡Cuántos jóvenes han solicitando el favor supremo de
su novia! &laqno;Si me amas -han insistido- me tienes que dar...»
Y le han robado la inocencia y la virtud.
En cambio, hay otros que interpretan el amor como sacrificio. En lugar
de recibir, dan, y en lugar de exigir, ofrecen. Sacrifican cualquier cosa
por la persona amada, no solo un riñón sino la vida misma.
Una madre sólo piensa en dar. Aunque de sus hijos no reciba más
que ingratitud, lo cual desgraciadamente ocurre con demasiada frecuencia,
ella sólo piensa en dar.
Una esposa que ha vivido cuarenta, cincuenta o más años
con su esposo, ha comprobado con esos años que tiene un espíritu
dadivoso. Para ella el amor y el sacrificio son sinónimos. Y da de
sí misma con toda su alma, todo su ser, todo su corazón.
El símbolo del amor es la cruz, porque fue en la cruz que Cristo
nos dejó un ejemplo perfecto del amor. Esa cruz representa el desprendimiento,
la entrega, el sacrificio. Así debe ser el amor entre todo esposo
y esposa, amor incondicional, desinteresado, entregado y sacrificado. ¡Que
sea ese el amor que cada esposo y cada esposa le entreguen a su cónyuge!
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