EDITORIAL
Ojo con el SIDA
Si no puedes con el enemigo, entonces únetele". El viejo refrán pareciera hacerse más notorio en estas fechas cuando se acerca la fiesta más grande de Panamá: el carnaval.
En ese marco, las autoridades de Salud han emprendido una campaña de prevención contra enfermedades de transmisión sexual.
A carreta se ha venido intentando de concienciar a la población sobre las precauciones a la hora de mantener contacto sexual con terceros, enfatizando la fidelidad en la pareja. Sin embargo, los altos índices de enfermedades como el SIDA y otras como el papiloma virus, gonorrea y hasta la sífilis, han obligado prácticamente a las autoridades a buscar medidas de prevención más prácticas como el promover el uso del preservativo de látex.
Ello es un arma de doble filo y en ese parámetro ha de ser manejado por la sociedad civil.
La juventud no debe entender que se les está dando licencia para cometer actos sexuales sin discriminación con la excusa de que se está protegido. Si se ha de emplear la medida, lo adecuado es que sea con la pareja estable.
El carnaval es una de las pocas tareas que el panameño se toma al pie de letra: libera todo. Y así también libera sus emociones. No está nada mal que se haya tomado conciencia de lo necesario de proteger a la población, pero también se deben incrementar campañas de educación sexual a través de esos medios de masas empleados para promover el uso del preservativo, pero que el contenido de los mensajes de educación sexual, tengan como prioridad la fidelidad en la pareja.
Por otro lado, también sería ideal que los mensajes sean considerados por el público ya que lastimosamente, hay cierto grado de renuencia a poner en práctica medidas de seguridad sexual, como lo es el uso del condón.
Las estadísticas reflejan que los frutos del carnaval se ven a los nueve meses y que son las salas de maternidad las testigos de esos resultados. Empero, las últimas cifras también reflejan que muchos de los niños nacidos en esas casas maternales vienen contagiados con el virus del SIDA y con otros signos a consecuencia de una gonorrea u otra enfermedad de transmisión sexual, lo cual merma la productividad de la nación. El uso del condón protege tal vez en gran medida de contraer una enfermedad, pero no limpia la conciencia de desenfreno y libertinaje.
PUNTO CRITICO |
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