FAMILIA
"El Diario Vivir"
Joaquín A. Arias E.
Presidente Pro Vida
Dichoso aquel que es dueño
del día en que vive, la idea de la vida no es planear el mañana
sino vivir a plenitud el siempre actual ahora. Nos dirigimos de cara al
futuro hacia un horizonte lejano, sin fijarnos en todas las bellezas que
nos rodean. Siempre anhelando lo que está lejos sin aprovechar y
gozar las cosas a nuestro alcance. Nos complicamos la vida con fantasías,
insistimos vivir de los anticipos, pero vamos perdiendo la facultad de disfrutar
los presentes días de nuestra vida; vivimos para el mañana
y cuando llega el mañana, seguimos pensando en otro mañana,
a ver si es mejor que el anterior. Parecemos niños a la caza del
arco iris dibujado en el cielo y así pasamos la vida negociando con
el futuro; o en otras palabras, edificando castillos en la arena. Los hombres
de hoy viven descontentos, nerviosos, inquietos y poco felices. En sus ojos
se puede ver la inconformidad en que viven su vida actual, solo porque no
quieren aprender a vivir un día a la vez ocupando sus mentes en algo
más allá del presente. Miseria, debilidad, provienen de no
centrar energías, ni deseos, ni entusiasmos en el día en que
vivimos hoy. Para conseguir el éxito se requiere el total de nuestras
energías, pero si estas se diluyen con otras preocupaciones usted
será incapaz de concentrar su mente en el momento preciso para realizar
su objetivo. Si queremos lograr la felicidad alguna vez, debemos extraerla
de lo que nos rodea. Para disfrutar del diario vivir es necesario: olvidar,
borrar de la mente y enterrar al aceptar lo desagradable del pasado, todo
lo que nos traiga triste recuerdo, de no ser así estos roerán
la vitalidad que necesitamos para corregirnos diariamente. La felicidad
interior no depende de las ocasiones favorables sino de nuestra actitud
mental.
La verdadera dicha hay que llevarla por dentro sin esperar que otros
nos la proporcionen, y lo cierto es que la felicidad vive en nuestro interior
deseando ser exteriorizada y manifestada, sin lo cual, váyase donde
se vaya y búsquese donde se busque no se hallará en ninguna
parte. Quien consiga labrarse la dicha por sí mismo con su trabajo
diario, con todas sus pruebas, obstáculos, contrariedades, molestias
e inconveniencias, descubrirá el gran secreto de la vida; porque
es solo en esta esfera de obligaciones cotidianas del diario vivir, en este
continuo superar de obstáculos que nos rodean en donde hemos de recoger
el polen para la miel de nuestra dicha de hoy. "Hoy" es el día
en que de nuestros labios debe salir la palabra de aliento, y en que se
debe obedecer al impulso generoso del corazón. Las personas cercanas
a nuestros sentimientos y los que queremos ayudar y favorecer, necesitan
"hoy" esos favores y halagos, no debemos dejarlo para mañana;
no se puede ser noble mañana si hoy es ruin y miserable.
Cada uno de nosotros debe comenzar su tarea diaria, con el firme convencimiento
de que ocurra lo que ocurra seremos felices en cada instante del siempre
actual ahora, y no permitiremos que se nos arrebate ese gran derecho de
disfrutar a plenitud la vida presente.
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