Bueno, bueno, después del desenfreno del Carnaval, de la violencia criminal, la antinatural exaltación del homosexualismo, de los casos de corrupción, del transfuguismo, de la polarización en temas nacionales, de los fracasos escolares, y de la irreverencia, seguimos incapaces de establecer una adecuada escala de valores que permita la convivencia.
Por cierto, pareciera que no logramos realmente encontrar la relación entre el valor y la concepción del mundo.
De paso, para algunos, el valor de una persona es su precio, por eso es preciso distinguir entre el valor de las cosas materiales y el de la dignidad de las personas.
Esto los hace sujetos de críticas, concretamente de la interpretación o selección, pues se transforma en el tiempo y el espacio (la historia y las sociedades, cada una con su propio modelo).
El valor es lo preferible, una guía o modelo para escoger. Un juicio, una opinión o valoración, un acto mental que juzga algo (bueno o malo, agradable o desechable) y puede ser percibido o no.
Nietzsche le dio impulso a la teoría de los valores con la inversión de los mismos al hablar de los antivalores (el valor es polarizado, el lado positivo tiene su versión negativa) y su jerarquización al plantear los del resentimiento (renuncia y ascetismo que calificó de ficticios) frente a los vitales (aceptación de la vida) considerándolos una posibilidad o un modo de ser en sí mismo, una fuerza de motivación (nos motiva todo aquello de lo que adolecemos).
Esto nos lleva a la escala de valores por la forma como su importancia y jerarquía varía de acuerdo con nuestras aspiraciones, situaciones e ideologías.
Un acuerdo general sobre los valores por medio de los niveles de rigidez o tolerancia sobre honestidad, política, sexualidad, entre otras, confiere estabilidad a la sociedad.
Políticamente los valores tienen dos significados: lo deseado y lo rechazado o desdeñado, que forman el criterio por cuyo conducto una persona grupo o sociedad, acepta o repudia los medios para lograr las metas.
Los partidos políticos lo utilizan para indicar el origen de su política, programas, alianzas y reclutamiento.
El sistema de valores o antivalores y su jerarquización determinará la interrelación entre partidos y personas, así como las alianzas políticas o sea, la conducta política de los miembros de toda sociedad.
Goethe sentenció: la materia, la vil materia, se opone sin cesar a todo de cuanto más sublime concibe el espíritu.
Bueno eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.
