Huelga paraliza a un Ecuador bajo
estado de emergencia
Quito
REUTERS
Unos 100 detenidos, nueve
heridos y choques violentos dejó el miércoles el primer día
de una huelga general que centrales obreras de Ecuador realizan contra el
gobierno, pese a un estado de emergencia que permitió a los militares
ocupar las calles para prevenir desórdenes.
La huelga fue convocada para protestar contra la política neoliberal
del presidente Jamil Mahuad, quien cumplió este miércoles
siete meses en el poder.
La paralización ocurre en momentos en que el gobierno prepara
un plan económico que anunciará el jueves, con el que buscará
sacar al país de una de las más graves crisis económicas
de la última década.
El ministro de Gobierno, Vladimiro Alvarez, dijo que 97 personas fueron
detenidas en todo el país, en tanto que entre los heridos figuraban
cuatro civiles y dos policías.
Un informe de la Cruz Roja señaló que cuatro personas resultaron
heridas por impactos de bombas lacrimógenas, pero que no revestían
mayor seriedad. Los otros tres heridos civiles fueron reportados cuando
intentaban asaltar una estación de gasolina.
Alvarez condenó el uso de armas por parte de manifestantes en
algunas de las más violentas marchas.
"Esto es algo que el Ecuador entero rechaza. Si hay que expresar
disconformidad hay que hacerlo en forma civilizada y en forma democrática",
dijo a los periodistas.
"En la mayoría de provincias hubo manifestaciones en principio
de forma pacífica, pero luego hubo otras más violentas que
las fuerzas del orden tuvieron que dispersar", acotó el ministro.
Neumáticos quemados, carreteras bloqueadas y marchas callejeras
eran algunas manifestaciones de protesta de los trabajadores, que se observaron
en varias partes de las 22 provincias ecuatorianas.
El gobierno dijo el miércoles que el estado de emergencia, que
podría durar hasta 60 días, fue dictado con miras a neutralizar
las amenazas de los trabajadores de paralizar los servicios públicos,
como el agua, las telecomunicaciones, la electricidad y el petróleo.
El gobierno ha descartado que la emergencia ponga en peligro la democracia
en Ecuador. La última vez que Ecuador vivió un estado de emergencia
fue en febrero de 1997, a raíz de la destitución del ex presidente
Abdalá Bucaram.
La actividad comercial y bancaria en Ecuador fue nula, así como
el transporte público. Unos 3.000 militares y 12.000 policías
estuvieron encargados de velar el orden público.
El presidente Mahuad se reunió con su gabinete en Palacio de Gobierno
para terminar los detalles del plan económico, luego de que declaró
al miércoles y jueves como feriados en un afán por restar
fuerza a la huelga.
En el lado laboral, el discurso se mantenía recalcitrante en favor
de la huelga de 48 horas.
"Hay una indignación de todo lo que está aconteciendo
y lo que se quiere expresar a través de estas jornadas de protestas
es que el gobierno vaya a rectificaciones", dijo el dirigente de la
Federación de Trabajadores Eléctricos, Edgar Ponce.
Ecuador vive desde 1998 serios apuros financieros por los embates del
fenómeno climático de El Niño, la sostenida caída
del precio del petróleo y el contagio de la crisis financiera internacional.
En 1998, Ecuador registró la mayor inflación de América
Latina (43,4 por ciento), creció 0,8 por ciento y terminó
con un déficit fiscal de seis por ciento del Producto Interior Bruto
(1.200 millones de dólares).
Analistas especulaban el miércoles sobre las posibles medidas
económicas que el gobierno podría anunciar el jueves, pero
muchos coincidían en que el mayor problema a atacar es el hueco fiscal,
que amenaza con desbocarse a niveles inimaginables.
"La situación económica ha llegado a un nivel bastante
crítico, especialmente porque la incertidumbre, desconfianza y la
especulación se han enraizado con fuerza", dijo el analista
económico Fabián Albuja.
El gobierno, que negocia un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional,
admitió el martes por primera vez que evaluaba la convertibilidad
monetaria como una vía para resolver la crisis.
Ecuador, con una población de 12,2 millones de habitantes, tiene
una deuda externa de más de 16.000 millones de dólares y un
índice de pobreza de 62,5 por ciento.
Ante la huelga, los ecuatorianos mantienen una actitud de temor frente
a sus ahorros, ya que la banca privada tiene desde el lunes las puertas
cerradas por orden del gobierno.
Rumores sobre una posible incautación de divisas, especulación
cambiaría y una dramática depreciación del sucre frente
al dólar afectaron la evolución de la banca ecuatoriana, sorprendida
la semana pasada por un brusco retiro de depósitos.
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