El colombiano Jeffer Andrés Gómez, de 24 años, y William Ibarguen, de 39 años, jamás pensaron que un viaje rutinario donde iban a dejar combustible en la isla de Chimán, en Darién, se convertiría en una pesadilla que los mantuvo por 19 días en el mar.
Ibarguen, quien vive en Puerto Caimito, en La Chorrera, dijo a "Crítica" que habían sido contratados el pasado 28 de febrero, para dejar 40 galones de combustible en otra embarcación en Chimán.
Ambos querían ganarse honradamente entre 10 ya 15 dólares cada uno por la diligencia, sin embargo, estuvieron al borde de la muerte.
A su regreso, cerca de Chepillo, la embarcación "Don Pedro" , blanca con azul, de 25 pies de largo y con motor de 40 caballos de fuerza, tuvo problemas y quedaron a la deriva.
Por más que comenzaron a revisar el motor para reparar el daño, su esfuerzo fue imposible. Tampoco cargaban dentro de la embarcación ningún tipo de herramienta que les pudo haber ayudado a resolver el problema.
En los 19 largos días que estuvieron en el mar sin alimento, comenzaron a cazar tortugas que se acercaban a la embarcación y las secaban con el sol para poder alimentarse de algo.
Sin ningún tipo de pena, Ibarguen reveló que el orine lo mezclaban con el agua salada del mar para amortiguar un poco la sed. Lo único que les interesaba en ese momento era salvar sus vidas.
En las noches trataban de dormir, pero el fuerte sonido de las olas y los peces que golpeaban la embarcación, los despertaban a cada rato. Cuando abrían sus ojos nunca perdían la esperanza de que alguien los fuera a rescatar.
La pesadilla finalizó a las 2: 00 de la tarde del domingo 16 de marzo, cuando una aeronave divisó la embarcación 'Don Pedro', y supuestamente les dio las coordenadas a la embarcación 'Tauranga Star', de Rusia.
La mencionada embarcación los recogió y posteriormente fueron entregarlos al Servicio Marítimo Nacional, cuyas unidades brindaron las atenciones médicas requeridas en estos casos.
Ibarguen, que se dedica a la pesca artesanal, le da gracias a Dios de estar vivo, y aseguró que para el próximo viaje tomará todo tipo precaución para evitar una desgracia.
MILAGRO
Expuestos al inclemente sol, esos dos hombres de seguro tuvieron tiempo suficiente para pensar en Dios, y una vez que fueron rescatados, analizaron que la segunda oportunidad para continuar sus vidas, debe tener un propósito.