La tragedia ocurrida en Japón a mitad del mes de marzo debe ser aleccionadora para muchos países... �incluyendo a Panamá! Nadie puede controlar la furia de la Naturaleza ni prevenir terremotos, menos las marejadas que provoca.
Pero sí se puede actuar de cierta manera para disminuir los daños materiales y humanos.
Las imágenes que nos trajo la televisión resaltaron a un pueblo con disciplina, organizado, maduro ante estas tragedias que no les son desconocidas.
Recordemos que en la Segunda Guerra Mundial, Japón recibió dos bombazos atómicos. No solo los traumatizó a ellos sino a otras naciones.
Aquí en Panamá no existe realmente "una cultura de seguridad" ante estos desastres.
Muchos creen que "Dios es panameño y por eso no nos ocurren grandes desgracias". Las pasadas inundaciones afectaron en algo este pensamiento, pero no lo borraron de la conciencia de algunos.
Ejemplo son las zonas que tienen mayor actividad y peligro volcánico, como sucede en Chiriquí.
Un estudio de hace años indicó que más del sesenta por ciento de los edificios altos de David, no fueron construidos de manera que resistan terremotos...
�Qué se ha hecho ante esta terrible realidad?
Vaya usted al poblado de Volcán donde su principal atractivo es el volcán Barú.
�Sabrán los que están en Volcán qué hacer si ese volcán entra en erupción?
Si usted observa bien, podrá ver rajaduras y piedras que fueron causadas en la última erupción del volcán. Dicen que no está muerto como creen algunos.
Ya es historia que hace años se habló del peligro de una ola gigante. Muchos fueron a la antigua Avenida Balboa con cámaras, "cooler" de cerveza y sillas a "esperar el espectáculo".
Esta vez hay que admitir que el Gobierno fue rápido en declarar emergencia contra este fenómeno.
No sabemos bien cómo evacuar a oficinas y poblados. Ni qué objetos y documentos hay que llevar.
Si ocurriera una de estas desgracias, aparte del Sinaproc, �estarían los bomberos y la Policía suficientemente preparados para enfrentarla?
Que la tragedia del Japón tenga un efecto positivo en otros, en esto de lograr un pueblo disciplinado y planes para enfrentar el problema.
