Entre ventas de raspaos y botellas de agua se pasaron las horas hasta el mediodía. Pasadas las 10:30 a.m., el Sinaproc empezó a distribuir botellas de agua, gratis. Una que otra pertinaz llovizna espantaba a los presentes que corrían a buscar refugio en la caseta de la Plaza.
Llegado el momento de la obligada partida hacia el destino final, a lo lejos se escuchó el grito: "�Noriega abajo!", "Viva, Crítica en Línea 'Billy' Ford". Y entre el débil sonar de la sartén golpeada por el cucharón, el cabo primero Dony Gutiérrez, del Cuerpo de Bomberos, arrancó los motores del camión que transportaría los restos de "Gallo Ronco".
Pero "la vaina" siguió. Unos a pie y otros en autos, la mayoría lujosos, empezaron la caravana que se extendió desde la Iglesia Catedral, pasando por la Avenida B, Justo Arosemana, Calle 50, hasta el Servicio de Cremación, Sercresa, en Avenida Santa Elena, en Parque Lefevre, donde llegó a las 4: 30 de la tarde, un poco más nutrida por la gran cantidad de gente que se sumó a lo largo de la ruta, sobre todo en Calle 50, sede de las luchas de la Cruzada Civilista.