Las dietas ricas en carnes rojas y procesadas podrían acortar la expectativa de vida debido a su relación con una mayor incidencia de enfermedades como el cáncer, el Alzheimer, las úlceras, así como también patologías cardíacas.
Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, que lideró el doctor Rashmi Sinha. Tras contar con la participación de 545 mil personas de entre 50 y 71 años que fueron encuestadas sobre sus hábitos alimentarios, adicciones y antecedentes familiares de enfermedad durante diez años. El equipo de profesionales estableció que tanto las carnes rojas como aquellos alimentos derivados y procesados como por ejemplo las salchichas y los jamones, incrementan el riesgo de fallecimiento.
Si bien este crecimiento fue designado por el doctor Sinha como "moderado", el especialista expresó en la publicación de la experiencia que integra la más reciente edición del Journal Archives of Internal Medicine, que "los hallazgos confirman lo que muchos sectores vienen pregonando hace años, sobre todo en relación a la posibilidad de contraer cáncer como consecuencia de lo que se ha comido a lo largo de la vida".
"En lo que respecta, por ejemplo, a la prevención de las enfermedades cardíacas buscando prevenir el incremento del colesterol y equilibrar el consumo de ácidos grasos saturados y poliinsaturados, siempre se pensó que las carnes blancas eran mejores que las rojas. Sin embargo, en los últimos años, al menos en la Argentina, se percibe un fenómeno muy particular: mientras muchas de las vacas siguen pastando y en movimiento, los pollos son sometidos a engordes rápidos, generando que las grasas no se localicen sólo en la cubierta, sino también en la masa muscular.