Es el dolor de cabeza de las compañías eléctricas y telefónicas.
El robo de cables se ha convertido en una especie de maldición para las mismas.
Debido a lo lucrativo que se ha vuelto el mercado de compra y venta de metales, cada vez es más el número de personas que se lanza a conseguir estos a como de lugar.
Los buenos precios que alcanzan metales como el cobre y el hierro en el mercado internacional, debido especialmente al alto consumo en países como China y la India, ha provocado presión sobre las estructuras públicas como los cables del tendido telefónico y eléctrico, así como la tapas de alcantarilla.
"Hay personas que ponen en riesgo hasta sus vidas, al intentar hurtar estos materiales", comentó un trabajador de una de estas compañías.
Y es que esto no se aleja de la realidad, el año pasado, un hombre murió electrocutado cuando intentaba hurtarse un cable que resultó ser eléctrico.
Compañías como Cable & Wireless han afrontado no pocas veces, pérdidas causadas por daños ocasionados por personas que se dedican a robar cables.
Los daños no suelen ser únicamente de tipo material, sino la afectación a cientos de clientes que han quedado incomunicados por estas acciones delictivas.
El robo de cables es un delito que es penado con cárcel, por lo que los que se dedican a estas actividades pueden ir a parar a la cárcel por un buen tiempo.