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�El loro qué culpa tiene?

Por: Hermano Pablo | Reverendo

Al principio causaba gracia, y el mismo Fred Kinzel, alemán de veintiséis años de edad, se reía. El loro del vecino, llamado Sigfrido, le decía cosas. Cada vez que salía de su casa, el loro salía con una palabra nueva.

Pero poco a poco el vocabulario del loro fue cambiando de tono. Sus palabras se hicieron ofensivas, y Fred cayó en una psicosis morbosa. Ya ni se animaba a salir a la calle. No soportando más, demandó al dueño del loro por veinticinco mil dólares, y ganó el juicio.

Este fue un caso risible, pero dejó también su lección. Hay loros que dicen muchas palabras, y un loro parlanchín puede valer muchísimo. Pero a veces, como en este caso ocurrido en Colonia, Alemania, los loros pueden ser muy ofensivos. El juez argumentó que el loro no era responsable de sus palabras. La culpa no la tenía el volátil sino el dueño que le enseñaba. El loro no tenía conciencia de lo que decía. En cambio, su dueño estaba bien consciente de lo que le enseñaba.

Hay un refrán que dice: "La culpa no la tiene el perro sino quien le da de comer." �Qué significa? Que muchas veces no es el causante de un mal el que aparenta ser el culpable, sino quien lo instruye e incita. Una niña en California, de apenas diez años de edad, mató a su madre de un balazo. �Era ella la culpable? El juez dijo que no. �l halló que su padre la había incitado a cometer el delito. El padre era el verdadero culpable y fue condenado a largos años de prisión.

Hay individuos muy hábiles en eso de sacar la brasa con mano ajena. Logran sus fines empleando a personas inocentes. A éstas las seducen y engañan para que hagan cosas que van en provecho de ellos mismos. A este abuso se le llama perfidia, y revela una grave, a veces incurable, perversión del alma. El pérfido suele pasar por bueno, leal y justo, pero obra como el dueño del loro de Alemania. Pone palabras en boca de otro, e incita a los demás para su propio provecho.

�De qué es fruto esto? De un corazón pervertido. Quizá por un corto tiempo el que practica esta actividad nociva verá algún beneficio egoísta, pero tarde o temprano ese pecado cobrará su cuenta.



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