EDITORIAL
Ofensiva intolerancia universitaria
La Universidad históricamente
ha sido el lugar donde se controvierte con ideas; donde se proclama con
pensamientos y se busca difundir la luz del entendimiento que encamina las
mentes y los espíritus por sendas de superación y logros.
La Universidad panameña insurge a la vida institucional en el
quehacer de hombres lúcidos, creativos, que entendieron pristinamente
que los caminos de la enseñanza superior forjarían los recursos
humanos idóneos requeridos para asentar la república por cauces
democráticos, libertarios, cívicos y patrióticos; aspiraciones
que al efecto rubrican el mensaje oficial del mandatario Doctor Harmodio
Arias Madrid, y el discurso inaugural del Rector Magnífico, Doctor
Octavio Méndez Pereira.
Ahora, transcurridos sesenta y cuatro años del nacimiento de la
Universidad, encontramos en su seno una distorsión censurable que
niega frontalmente la misión que indicamos, cuando grupos de cuestionable
membresía ofertan comportamientos de agresiva intolerancia, pretendiendo
impedir la libre expresión de las ideas; cerrando los accesos al
diálogo y el debate esclarecedor.
Tales acontecimientos se repiten sistemáticamente, y son múltiples
los casos en los que turbas disciplinadas, de comportamientos impositores,
prepotentes, acallan discursos, disuelven reuniones, agreden disidentes
y opositores, intentando imponer el reinado de estulticia y cerrazón
de pensamiento que contraria la misión de cultura y academia que
titula la Universidad.
Los enfrentamientos de violencia desatada, donde enseres, locales y personas
resultan destruidos, lesionados, muestran un enguerrillamiento que en otras
latitudes americanas degeneró en gansterismo estudiantil, con criminales
pandillas armadas, como relata el venezolano Rómulo Gallegos, al
contar su experiencia cubana, en el libro "La Brizna al Viento".
El censurable acto de intentar acallar la palabra del candidato Alberto
Vallarino, en el Paraninfo Universitario, merece el repudio de los ciudadanos
sin subalternos compromisos.
El crisol de ideas que decanta los conceptos, desecha imposturas y descalifica
la irracionalidad, derroteros de la Universidad de Panamá, debe prevalecer
en nuestro vivir; y las conductas oscurantistas, negadoras de la divisa
que enarbola la Casa de Méndez Pereira, que proclama "Hacia
la Luz", deben apartarse para reafirmar que "sólo quienes
construyen sobre ideas, construyen para la Eternidad", como expresara
el filósofo Ralph Emerson.
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