Escuadrones de la muerte colombianos suben
tono de amenazas
Colombia
REUTERS
Escuadrones de la muerte
ultraderechistas amenazaron con una "guerra sin cuartel" contra
los rebeldes marxistas y sus simpatizantes en este rincón sudoriental
de Colombia, en vísperas de nuevas conversaciones de paz entre guerrilleros
y el gobierno fijadas para hoy martes.
Durante el fin de semana, hombres armados sin identificar lanzaron panfletos
y pintaron consignas antiguerrilleras en color rojo sangre en las paredes
de casas y tiendas de la población de La Esmeralda, en la provincia
de Caquetá.
La comunidad está situada justo fuera de una región del
tamaño de Suiza de las que se retiraron las fuerzas de seguridad
del Estado en los últimos cinco meses a fin de permitir las negociaciones
para poner fin al más prolongado conflicto civil del continente,
que ha cobrado más de 35.000 vidas en 10 años.
Las advertencias se hicieron eco de declaraciones el mes pasado de Carlos
Castaño, jefe de la banda paramilitar derechista más temida
de Colombia, en las que afirmó que encabezaría un ataque contra
los rebeldes en la zona desmilitarizada luego del 7 de mayo, fecha en la
que concluye oficialmente la retirada de tropas del gobierno.
"Nuestros frentes de guerra llegarán muy pronto a combatir
la guerrilla y a partir de hoy las cosas tienen que cambiar", aseguró
un panfleto distribuido en La Esmeralda y que llevaba el logotipo de las
denominadas fuerzas de Autodefensa Unida de Colombia (AUC) de Castaño.
"La guerra sin cuartel ha comenzado. O ustedes o nosotros",
agregó, advirtiendo a los campesinos que morirán si colaboran
con los rebeldes o los invitan a sus casas.
Pintadas semi-iletradas llevaron un mensaje similar: "!Paramilitares
presente! Guerrilleros o se uniforman o se mueren de civil".
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor y más
antiguo grupo rebelde de América Latina, suspendieron unilateralmente
las conversaciones en enero, días después del lanzamiento
formal del proceso de paz, mientras los paramilitares masacraban a más
de 160 campesinos en todo el país.
Las FARC, al igual que muchos grupos internacionales de derechos humanos,
acusan al gobierno y al ejército de apoyar a las bandas ilegales
en una "guerra sucia" contra supuestos simpatizantes izquierdistas.
Un comandante rebelde local, conocido por su alias "Jairo",
dijo que las FARC estaban "preocupadas y alarmadas" por los informes
de la llegada de combatientes paramilitares encubiertos a San Vicente del
Caguán, la mayor población de la zona desmilitarizada y donde
se reanudarán el martes las conversaciones de paz.
Pero la vida diaria continuaba aparentemente sin cambios el lunes en
La Esmeralda y San Vicente, excepto por torrenciales precipitaciones que
marcaron el comienzo de la temporada de lluvias en esta región de
extensas sabanas y densas junglas.
"Unos hombres vestidos de civil llegaron en un campero (vehículo
todoterreno) blanco y pintaron la pared. Quién sabe quiénes
eran. Este siempre ha sido un pueblo muy sano", afirmó un residente
de La Esmeralda que pidió permanecer en el anonimato.
Los soldados situados en numerosos puestos de control en la carretera
principal que lleva a la zona desmilitarizada parecían desconocer
las amenazas.
No obstante, un oficial acarició su rifle de asalto Galil fabricado
en Israel y murmuró: "Dile a los guerrilleros que sigan engordándose.
Después del despeje llegaremos por ellos".
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