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El gobierno israelí aclaró que sus soldados seguirán manteniendo bajo sitio al líder palestino, Yasser Arafat, en su cuartel general de Ramala.  |
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, anunció el domingo el fin de la ofensiva militar en los territorios ocupados, que calificó como la primera etapa de su campaña contra militantes palestinos.
Sharon advirtió, sin embargo, que continuarán las acciones destinadas a acabar con lo que calificó de "infraestructura terroristas palestina".
"Hemos completado esta etapa de la operación Escudo Defensivo", dijo Sharon, añadiendo que la misma ha obtenido "profundos resultados".
También declaró que Israel utilizará ahora otros métodos en "la lucha contra el terrorismo", en lo que parece una insinuación para el establecimiento de zonas de exclusión en torno a las áreas palestina para impedir el acceso de militantes al territorio de Israel.
Las declaraciones del primer ministro se produjeron horas después de Israel retirara sus tropas y tanques de la ciudad de Naplusa y la mayor parte de Ramala.
EL SITIO DE BELEN
Pero el gobierno israelí aclaró que sus soldados seguirán manteniendo bajo sitio al líder palestino, Yasser Arafat, en su cuartel general de Ramala, y que no levantarán el asedio de la Iglesia de la Natividad en Belén hasta que se entreguen todos los militantes palestinos refugiados dentro.
El papa Juan Pablo II denunció la situación en el templo, uno de lo lugares más venerados por los cristianos del mundo.
En su sermón del domingo, el Pontífice calificó el sitio como "intolerable" en hizo un llamamiento a la comunidad internacional para "detener la espiral de violencia en la Tierra Santa".
Tropas israelí mantienen la Iglesia bajo estado de sitio desde el pasado 2 de abril, exigiendo la entrega de 35 militantes palestinos armados que se encuentran refugiados junto con más 200 palestinos civiles.
Fuentes palestinas dentro del lugar informaron el domingo que ya no les quedan alimentos para subsistir.
NO A ENVIADOS ONU
Israel anunció también que no aceptará la misión enviada por la ONU para investigar lo ocurrido en Jenín, de la que iban a forman parte Terje Roed Larse, encargado de Medio Oriente, Mary Robinson, de la oficina de Derechos Humanos, y Peter Hansen, responsable de la ayuda a los refugiados palestinos.
El gobierno israelí considera que estas personas han mostrado tendencias anti-israelíes, y Ariel Sharon insinuó que podría romper todo contacto con Roed Larsen, por haber calificado de "espantosa" la devastación de Jenín. |
