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Los líderes de la Iglesia católica estadounidense insistieron que los casos de abuso sexual a jóvenes de la comunidad perpetrados por sacerdotes no vuelvan a repetirse ante la inminente reunión esta semana en el Vaticano entre el Papa Juan Pablo II y 13 cardenales estadounidenses.
"Este es un llamado de alerta para la Iglesia", declaró el cardenal de Boston Bernard Law en un mensaje transmitido por televisión este domingo.
"La reunión inédita de la próxima semana (martes y miércoles) es una clara señal de que las autoridades eclesiásticas en Estados Unidos admiten la gravedad de la situación actual", dijo Law, él mismo envuelto en fuerte polémica en el escándalo sexual por haber dejado en el cargo a sacerdotes a sabiendas de sus tropelías en lugar de haberlos quitado del cargo.
Solamente en la arquidiocesis de Law más de 400 denuncias se han ido apilando contra sacerdotes a quienes se les pide su dimisión. Empero, Law insiste que no tomará este tipo de medidas.
"Pese a lo desafiantes que son estos días para nosotros, creo que Dios nos ha dado la oportunidad de hacer cambios positivos y significativos en el futuro", señaló Law y agreó que su arquidiócesis ya tomó medidas para proteger a los niños de abuso sexual.
Durante los dos días de reuniones con el Papa los cardenales esperan que el Sumo Pontífice les dé consejos sobre los cambios que él quiera ver antes de una conferencia del episcopado en Dallas, Texas (centro-sur).
Al menos 17 comunidades católicas estadounidenses están en el ojo de la tormenta por las acusaciones de abuso sexual perpetradas por sacerdotes contra jóvenes feligreses ( Boston, Chicago, Nueva York, Filadelfia, Pensilvania y San Francisco entre ellas) lo que ha desencadenado la desconfianza y la indignación de los 65 millones de católicos del país.
"Necesitamos admitir nuestros errores; necesitamos pedir perdón", señaló el obispo William Skylstad, vicepresidente de la Conferencia Católica estadounidense a la televisión ABC.
"Ciertamente el Santo padre en el año del Jubileo ha impuesto el tono de pedir perdón. Y este es un único momento de gracia".
Skykstad afirmó que la Iglesia debe intentar ganar credibilidad y "ver cómo podemos reparar la brecha de deconfianza y cómo podemos mirar al futuro y fortalecerlo". |
