MENSAJE
El Porqué de los fracasos matrimoniales
- Hermano Pablo,
- Costa Mesa, California
Al cumplirse un año
de vigencia de la Ley del Divorcio de Italia, país tradicionalmente
religioso, se habían presentado en los tribunales más de cincuenta
mil casos de divorcio de hecho, que buscaban legalización. Esto ocurrió
en un país donde se supone que las enseñanzas de la Iglesia
tienen más peso que en ningún otro, por estar allí
la sede mundial del catolicismo.
Sin embargo, a soslayo de las ordenanzas de la iglesia, la gente sigue
divorciándose y recasándose de hecho una, y dos y varias veces.
Aquí en las oficinas de la Asociación Hermano Pablo recibimos
diariamente cartas de todas partes. La mayoría de ellas son cartas
dolorosas, desgarrantes, que presentan casos de fracasos matrimoniales y
hogares desbaratados.
Si entresacáramos las palabras que denotan causas de divorcio,
entre ellas figurarían dinero, alcoholismo, adulterio, monotonía,
indiferencia, y brutalidad. Una señora dice que su esposo ha llegado
al colmo de traer la concubina a la casa. Un hombre pregunta si puede hacer
que su esposa legítima se haga cargo de los seis hijos que tiene
con le ilegítima, y abundan más ejemplos como estos.
¿Cuál es la causa de toda esta confusión? Las palabras
que he mencionado responden a una causa más grande y anterior a ellas.
La infidelidad no es causa sino efecto. El desenfreno sexual no es causa
sino efecto. La borrachera tampoco es causa sino efecto. ¿Cuál,
entonces, es la causa? Es un corazón que cree poder vivir sin Dios.
Es una mente que está alejada de la única verdad. Es una vida
que se lleva lejos de Dios y de su Espíritu. Quítese a Dios
de la vida del hombre, y lo que queda es una vida frustrada, vencida, incompleta
y plagada de concuspiscencias.
No vayamos en contra de la naturaleza de nuestra alma. Ciñámonos
a Dios. Reconozcámoslo en todos nuestros caminos. Démosle
la mano y permitámosle que dirija nuestros pasos. Sólo quien
vive en Cristo, por Cristo y para Cristo se ve libre del fracaso matrimonial
y más aún al fracaso humano.
|
|
|