"La vida comienza a los 66..." este refrán de una canción resume los cambios sociales que se han producido en las últimas décadas en Alemania. Después de la jubilación, para la mayoría de los alemanes no comienza una fase de una vida descansada, como antes, sino -según sus intereses y antiguas profesiones- una tercera etapa de vida activa.
Ello tiene diversas razones. La expectativa de vida de los alemanes casi se duplicó en los últimos 120 años. Las mujeres viven casi un promedio de 80 años: los hombres, 73. Y la tendencia en la expectativa de vida es a seguir aumentando. Las causas son: una mejor atención médica, la disminución de la mortalidad infantil, una alimentación más sana y la disminución del trabajo físico duro. Todo lleva a que -el contrario del cliché del anciano débil- la tercera etapa de vida pueda hoy ser gozada con buena salud y activamente.
El "nuevo viejo" surgió a mediados de los años 70. Los jubilados aprovecharon el tiempo después de la vida profesional para acceder a nuevos horizontes: aprender más, comprometerse socialmente o cumplir viejos deseos de viajes.
Los jubilados con gran poder adquisitivo de transformar cada vez más en un grupo de consumidores interesantes para muchas empresas, que les ofrecen desde viajes, pasando por te danzantes, píldoras para la tercera edad, hasta ascensores para escolares y otras ayudas especiales.
El mercado de ofertas para jubilados se habla en pleno crecimiento. Sube todo el de producto de gran valor, pues los jubilados son por lo general consumidores muy críticos, que aprecian la calidad y compran muy cuidadosamente.
Las empresas alemanas prestan mucha atención al sector de los jubilados, ya las personas mayores de 65 años alcanza el 22% del total de la demanda en Alemania. Como dato adicional les podemos informar que actualmente en Alemania casi 13 millones de habitantes tienen 65 o más años de edad y los expertos estiman que en el 2010 serán 16 millones.
