Dentro de poco estaremos a un año de los comicios presidenciales del 2009. Ya se conocen a casi todos los posibles precandidatos al poder Ejecutivo, pero hay una ausencia de propuestas en blanco y negro, para que el electorado vaya analizando las alternativas que tiene cada aspirante para resolver los problemas del país.
El electorado panameño debe ser más exigente y no dejarse marear por el bombardeo publicitario de los precandidatos.
Los votantes tienen que emplazar a los que aspiran a dirigir la nación para que presenten sus propuestas en el campo educativo, para reducir el alto costo de la vida, modernizar el transporte público, mejorar la seguridad pública y otros aspectos.
Cada candidato tiene un nutrido equipo de campaña que bien pudiera trabajar en la elaboración de un documento de su compromiso con los electores y las posibles fechas de cumplimiento.
Gran parte de los problemas del país han sido analizados en los diversos foros de concertación que se han desarrollado en la última década y más que todo se requiere la rubrica de los candidatos, que los comprometa a ejecutar las acciones para atender asuntos que por años han sido pospuestos por los gobiernos de turno.
El asunto es en doble vía. Por un lado los precandidatos que preparen sus propuestas y en la otra acera deben estar la ciudadanía, que debe despertar de ese letargo y el poco importa en el que vive inmerso, para exigir planes y menos verborrea de nuestros políticos que por conseguir votos prometen la Luna y las estrellas, pero al final no cumplen nada.