Organismos buscan eliminar el trabajo
infantil
Redacción
Crítica en Línea
Son millones los niños
que trabajan en todo el mundo, pero este hecho pasa inadvertido para la
mayoría de las personas. Vendidos o intercambiados como mercancía
barata, muchos de ellos no logran escapar a la esclavitud o a la prostitución.
Otros, apenas sobreviven a las largas jornadas de trabajo, las cargas
pesadas, las herramientas peligrosas o los productos químicos tóxicos.
Los más fuertes saldrán adelante, pero quedaran marcados
para siempre con los estigmas físicos psíquicos del trabajo
prematuro. En un período de la vida que debería ser de aprendizaje
escolar y preparación para una edad adulta productiva, estos niños
y niñas ven malograrse su infancia y, con ella, la promesa de un
futuro mejor.
Es cierto que en todo el mundo existe cada vez más conciencia
de este problema. Sin embargo, un muro de silencio sigue rodeando a las
formas más graves de trabajo infantil, ignorancia y el interés
egoísta - tienden a perpetuarlo.
Sólo una percepción clara del problema y la decisión
firme de combatirlo, podrán finalmente erradicar el trabajo infantil
y sus lacras.
La OIT es la única organización internacional en la que
empleadores y trabajadores participan en pie de igualdad con los gobiernos
en un esfuerzo común para mejorar la protección social y las
condiciones de vida y de trabajo en todo el mundo. Creada en virtud del
Tratado de Versalles en 1919, junto con la Sociedad de Naciones, la OIT
se convirtió en 1946 en el primer organismo especializado asociado
a las Naciones Unidas.
Desde el momento de su creación, la OIT dedicó una parte
importante de sus esfuerzos a la erradicación del trabajo infantil.
El Preámbulo de su Constitución encarga a la Organización
la protección de los niños como uno de los elementos esenciales
para alcanzar la justicia social y la paz universal. Pocos meses después
de su fundación, la OIT adoptó un convenio por el que se prohibía
el trabajo de los niños menores de catorce años en los establecimientos
industriales.
A éste siguieron otros convenios sobre la edad mínima que
se referían a sectores y ocupaciones específicos.
Los dos Convenios sobre trabajo forzoso (número 29, 1930 y núm.
105, 1957), que han sido ampliamente ratificados, siguen constituyendo un
elemento de gran utilidad en la lucha contra todas las formas de esclavitud
infantil.
Más recientemente (1973), las disposiciones del Convenio (núm.
138) y Recomendación (núm. 146) sobre la edad mínima
han fijado normas de alcance global.
El Convenio 138 exhorta a los Estados Miembros a tomar medidas encaminadas
a erradicar el trabajo infantil.
Está previsto que la Conferencia Internacional del trabajo, en
sus reuniones de 1998 y 1999, estudie y considere para su adopción
un convenio sobre las formas del trabajo infantil que entrañan mayor
explotación y riesgo. La OIT ha lanzado una enérgica ofensiva
contra el trabajo infantil. Este esfuerzo cobró nuevo impulso en
1992, con la creación del Programa Internacional para la Erradicación
del Trabajo Infantil (IPEC). Actualmente, el Programa despliega sus actividades
en tres continentes y más de veinte países.
La meta que persigue el IPEC es la eliminación progresiva del
trabajo infantil a través del fortalecimiento de la capacidad de
los países para hacer frente al problema, y de la creación
de un movimiento de alcance mundial para luchar contra esta práctica.
El trabajo infantil es un fenómeno vasto, complejo y polifacético.
A largo plazo, la solución sólo podrá provenir de los
propios países. Por este motivo, la acción del IPEC va dirigida
a:
1.apoyar los esfuerzos que realiza cada país para combatir el
trabajo infantil y para adquirir una capacidad duradera en este campo.
2.dar prioridad a la erradicación de las formas másgraves
de explotación y riesgo del trabajo infantil.
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