Sábado 1 de mayo de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Reflexiones sobre el Día del Trabajo

La cualidad que otorga preeminencia a la especie humana radica en su capacidad de construir la vida material que denominamos civilización; invento que se encamina a garantizar al hombre el pleno disfrute de la existencia, tanto en emociones como sensaciones y reflexiones, estadio llamado Eros, que se logra mediante la capacidad de reflexionar y anticipar prospectivamente, planificando comportamientos y resultas.

El trabajo es la materialización de las capacidades y condiciones del homínido; y su ejercicio construye las maravillas del mundo que nos sorprenden y llenan de regocijo; sin embargo, los repartos en el ejercicio laboral no es proporcional en las fórmulas imperfectas de los dividendos sociales que durante largos períodos oscurantistas expoliaron en esclavitud y sumisión al trabajador, uniéndolo al destino de la tierra, convertido en siervo de la gleba.

La incorporación de los ingenios mecánicos al proceso creador de las riquezas; la aplicación del vapor de agua a la producción, permitió la gran Revolución Industrial que rompió los moldes cercados del feudalismo, reuniendo bajo el alero del taller fabril trabajadores venidos de las antípodas, que al adquirir conciencia de su condición de clase, forjaron las herramientas gremiales del sindicalismo encaminadas a erradicar las desigualdades y las discriminaciones indignas.

En Chicago, Estado de Illinois, en Estados Unidos de América, un puñado de trabajadores fabriles reclamaron airados la duración de las jornadas de trabajo y exigieron las ocho horas diarias, con una huelga masiva que las autoridades reprimieron encarcelando a los ideólogos reclamantes y los sentenciaron a muerte por ahorcamiento; ejecutándolos en plaza pública para elevarlos a la condición de Mártires de Chicago, que son recordados hoy Primero de Mayo, efemérides del trágico suceso.

El trabajador avanza con gigantescos pasos; sus luchas sindicales alcanzan victorias y adelantos; logros que humanizan las relaciones obrero-patronales y en justicia distributiva entregan porciones importantes de los beneficios, plusvalías o ganancias que el esfuerzo creador genera.

Hoy, Primero de Mayo, los panameños celebramos la histórica fecha y expresamos nuestras aspiraciones de equidad y justicia social, en el entendimiento de buscar estadios que logren repartir la paz, el pan y la felicidad.

En Panamá, los gremios de los trabajadores están en arrinconamiento, cuando políticas oficiales desconocen sus conquistas, disminuyen sus victorias, y retrasan el avance con secuelas de desempleo, carencias y desesperanza en un aplastamiento social indigno; razones por las cuales urge invocar un radical cambio de actitudes que devuelva dignidad, respeto y oportunidades a los laborantes, en el derrotero al Tercer Milenio.

 
 

 

 



 

AYER GRAFICO
Tiroteada la emisora CPR de Colón del radiodifusor Jacobo "Baby" Salas


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no fomento la paz y la tolerancia


OPINIONES




 

 

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