Mitos y creencias erróneas
de las iglesias antillanas
Mauro García Suárez
Colón- EPASA
Los mitos y las erróneas
creencias que se tenían de las iglesias, cuyos feligreses eran en
su gran mayoría ciudadanos de descendencia antillana, que ataviados
con trajes blancos y turbantes, danzan frenéticamente al compás
de cánticos religiosos, mal llamados por ignorancia "jumping
jumping", son aclarados por el obispo Alejandro Headley.
Al frente de la Iglesia Bautista San Martín de Porres, fundada
en 1957, pero con una nueva estructura inaugurada el 15 de abril de 1984,
atiende cada viernes en la noche, el culto de ayuno y de oraciones, y los
domingos los cultos de mediodía y la escuela dominical.
En el templo, los cultos son de alabanzas al Señor, de santiguación
y bendición, por eso el nombre que algunos le han dado, es producto
del desconocimiento relacionado con los ritos, el culto y las enseñanzas
que allí se imparten.
Lo cierto es que impresiona el ritmo y el contoneo grácil de los
cuerpos que va en aumento, mientras danzan alrededor de la mesa dispuesta
con frutas, agua, vino, albaricoques y otras ofrendas, en un alborozo que
parece interminable, matizado con cánticos religiosos que las voces
alternan en inglés y castellano.
"Hay poder, poder, sin igual poder en la sangre de Jesús;
firme y adelante que Jesús nos ve", son algunas de ellas.
El obispo Headley o "Maiquito", como cariñosamente le
llaman desde pequeño, asegura que veneran a Dios Padre y a Jesús
Hijo, no creen en los santos y llevan muy buenas y cordiales relaciones
con las otras religiones de la ciudad, en todo el país e inclusive
en el exterior.
Sobre el actualizado tema de falsos videntes y de fraudes religiosos,
manifiesta que "ya no van a haber milagros, ni apariciones, pero vamos
a ser salvos por medio de la palabra, eso se logrará yendo hacia
el Señor", sostuvo.
Pero quién o quiénes pueden atribuirse la posesión
de la fe como una de las primordiales virtudes teologales, que busca las
perfecciones y atributos de Dios. En la Iglesia Bautista San Martín
de Porres, en la espiritualidad, es de rigor el uso de turbante, que representa
el paño que se le había puesto a Jesucristo en su sepelio.
"Somos muy creyentes en la palabra de Dios y la misma dice que la
mujer debe tener su cabeza cubierta al entrar a la casa de Dios y por eso
usamos el turbante", explica el Obispo Headley.
Para el guía de esta grey, la demostración de la fue tiene
que ser fuerte y por eso se llega a experimentar una especie de éxtasis
inmenso, un gozo indescriptible que se inicia muy adentro y se manifiesta
con distintas manifestaciones. Algunos gritan, otros lloran o imploran,
pero siempre en el marco de una gran alabanza al Señor.
La mesa preparada para el rito con uvas, peras, manzanas, piñas,
bananas, vino, agua, cirios y la integración de cada uno de los asistentes
en esta ocasión, una fiesta del corazón, un testimonio de
fe y de agradecimiento de una de las familias de la iglesia, como un humilde
obsequio al Espíritu Santo, por haber sido muy bondadoso con todos.
Paralelamente a las actividades religiosas, la congregación realiza
labores sociales, como la de entregar a los ancianos de la ciudad, cada
miércoles de la semana, un plato de sopa con arroz, mediante donaciones
sociales de la comunidad, principalmente para que se entienda que los seres
humanos deben vivir en paz y armonía".
Como un mensaje a la comunidad, señala que ya es tiempo de que
el hombre se encuentre con Dios, porque de no hacerlo, estará perdido
para siempre. Hay mucha violencia a nivel del país y el mundo.
La gente, debe buscar a Cristo a través de la fe, asistiendo a
la Iglesia San Martín de Porres, a la Católica, "no importa
qué iglesia, ni qué religión o creencia se tenga, sino
lo importante es encontrarse con Dios".
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