La labor fundamental de los padres en esta vida es la de darle las herramientas de juicio y conocimientos necesarios a sus hijos para que -al llegar a la edad adulta- estén en condiciones para abandonar el nido.
Para los hijos que apenas están comenzando a volar con sus propias alas, la vida independiente se convierte en un ejercicio de ensayo y error; pero siempre empleando los elementos de juicio obtenidos de su educación.
En este sentido, hay un pequeño porcentaje de personas que parecen sentirse muy cómodos viviendo con sus padres (y mantenido por ellos), pasados los 30 años de edad.
Tal vez será porque fue demasiado consentido durante su vida, o porque le tiene pánico al mundo real y prefiere seguir viviendo "sabroso", el asunto es que no se desteta, a pesar de que ya ha entrado en la madurez.
Otros, aunque ya no viven bajo el mismo techo de sus padres, se la pasan metidos más tiempo ahí que en sus propias casas (aún estando casados). No toman ninguna decisión si no se la consultan primero a su madre, y pone los intereses y necesidades de papá y mamá -que ya hicieron su vida- por sobre los intereses y necesidades de su esposa e hijos, quienes son sus principales responsabilidades.
Una tercera variante del "mama's boy" es ese que se deja someter por una madre dominante, quien por lo general no se lleva nada bien con la yerna. Se trata de hombres inseguros, inestables y temerosos. Las mujeres que se casan con ellos tienen que ser masoquistas, o santas, porque siempre serán las segundonas de la suegra.
Una de las mayores satisfacciones del ser humano las experimenta en el momento en que se da cuenta que es independiente, y que puede seguir la vida con sus propios pasos, y liderar, en vez de seguir.
Para lograrlo, solo es cuestión de tenerlos bien puestos.