Van 98 muertes
por SIDA en 11 años en la provincia de Chiriquí
Delsi Sánchez M.
Chiriquí / EPASA
El SIDA, enfermedad
que afecta el sistema inmunológido de los seres humanos,
se ha propagado rápidamente a nivel mundial y la provincia
de Chiriquí no escapa de este problema que ha enlutado
a 98 familias en esta provincia, con la muerte de algún
familiar, desde el año 1988.
La enfermedad es producida por un virus el cual se conoce
como el virus de la inmunodeficiencia humana, cuyos mecanismos
de transmisión han favorecido su rápida propagación,
llamada "pandemia del SIDA".
En la provincia de Chiriquí existen 43 personas a quienes
se les ha detectado el virus de esta enfermedad, aparte de las
98 víctimas que ya han fallecido y que adquirieron el
padecimiento por diversas formas. En la actualidad no existe
cura para este mal y solamente se cuenta con tratamientos paliativos
como lo es la triple terapia y otros medicamentos que se le suministran
a estos pacientes; señaló Pablo Acosta, jefe regional
del departamento de epidemiología en la provincia.
Inicialmente se enfocaba esta enfermedad como exclusiva de
los homosexuales, hoy en día las cifras a nivel mundial
indican que hay más personas contagiadas por medio de
las relaciones heterosexuales que por otra causa. Pese a las
muchas relaciones matrimoniales, algunas personas continúan
con una vida promiscua. El mantener relaciones sexuales siéndole
fiel a la pareja garantiza que el SIDA no se haga presente en
esos hogares expresó Acosta.
También el período desde que se infecta la persona
hasta que se convierta en un caso, tarda aproximadamente 10 años,
aunque se han encontrado casos en los que la enfermedad se detecta
13 y 14 años después de que el paciente se ha contagiado;
claro está, esto depende del estilo de vida que lleve
el individuo afectado; además de las enfermedades oportunistas
que ataquen al paciente en un momento determinado.
Acosta señala que el SIDA no es un problema de homosexualidad,
sino de promiscuidad sexual, ya que las estadísticas mundiales
reflejan que personas con relaciones heterosexuales encabezan
la lista de pacientes; lo que implica que la promiscuidad sexual
se ha agravado y ahora no se puede hablar de grupos de riesgo
como se pensaba en los primeros años cuando se descubrió
dicho mal.
Señala el funcionario que pese a que existe el VIH
1 y el VIH 2, hay subtipos de virus que afectan a determinados
órganos y dependiendo del subtipo de virus que haya contraído
el paciente, se acortará el período de seropositividad,
para detectarse como casos. Además hay un período
de ventaja, el cual va desde que la persona se infecta hasta
cuando la prueba dé resultados positivos, la misma puede
variar entre seis semanas, tres meses y hasta seis meses; de
allí que las pruebas de SIDA implican una consejería
antes y después de tomada; ya que hay interpretarla a
la luz del comportamiento de riesgo de la persona, por lo que
no es recomendable efectuarse una prueba por la simple ganas
de hacerla.
La introducción de esta enfermedad en la sociedad,
se da por la desordenada manera de conducción de las personas,
quienes han erotizado a los seres humanos, donde incluso se ha
llegado a plantear que el sexo es lo primordial en la vida tanto
de los hombres como de las mujeres.
A la juventud se le dice que la felicidad se alcanza a través
del sexo, estos mensajes se dan cuando se emiten programas que
incitan a la promiscuidad sexual a los jóvenes, al no
tener suficiente elementos de juicios para poder discernir si
en realidad les conviene o no.
Otro de los graves problemas que se da en la sociedad moderna
es que la mayoría de las películas del tema que
sea, tienen escenas de sexo, aunque las mismas vayan dirigidas
a los niños, agregó Acosta, quien dijo además
que los videos musicales en ocasiones invitan a llevar a cabo
las relaciones sexuales.
Acosta indicó que por cada persona que se dedica a
educar a los jóvenes, diciendo que no se debe tener relaciones
sexuales fuera del matrimonio, hay diez que dicen lo contrario,
por ende, los jóvenes buscan la vía más
fácil; sin tomar en cuenta los riesgos y las consecuencias
de tales actos. Pero es que hay una crisis en cuanto a los valores
humanos y los modelos para la juventud.
Estos modelos flaquean cuando el profesor es compañero
de parranda de los estudiantes, cuando los padres no sirven de
ejemplo para sus hijos y los mismos no quieren saber de matrimonio,
porque en su casa se vive un infierno, cuando se observa a hombres
casados, saliendo de casas de ocasión con prostitutas.
Hay que rescatar los valores de la juventud, haciendo énfasis
en aquellos que se han perdido y en los vacíos emocionales
que presentan los jóvenes, ofreciéndoles programas
que incentiven y fomenten los valores morales de la sociedad,
ya que el SIDA es el reflejo del deterioro de la sociedad y se
necesita urgentemente un cambio en la conducta de los seres humanos.
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