La paciencia de la ciudadanía por el alto índice de delincuencia en el país parece estar llegando al límite.
La semana pasada dos hechos acapararon la atención pública, cuando moradores de sitios populares, hastiados de tantos hechos delictivos, decidieron tomarse la justicia en sus manos.
Uno de estos casos ocurrió en las inmediaciones de los edificios Tuira y Chucunaque, en la vía Ricardo J. Alfaro, cuando un sujeto del mal vivir aprovechó que el propietario de una camioneta había salido a buscar a su esposa a uno de los apartamentos, para introducirse en el vehículo y hurtar un equipo de sonido y otros bienes.
Pero para desventura del maleante, el dueño lo descubrió cometiendo el delito, quien solicitó ayuda a los vecinos, los que acudieron, y le dieron una golpiza al antisocial.
Un caso similar ocurrió en El Mirador de Torrijos-Carter, donde moradores cansados de que una banda de delincuentes les robaran lo poco que tenían cada vez que salían o venían de trabajar, se llenaron de valor y prácticamente lincharon al sujeto que en ese momento le estaba robando a tres vecinos del área.
Los residentes del lugar después de golpear y amarrar al delincuente, llamaron a las unidades policiales.
Las autoridades recomiendan a la población no enfrentarse a sujetos armados, en su lugar llamar inmediatamente a la Estación de Policía más cercana.