Tremendo revulú se formó ayer cuando el director nacional de Inspecciones del Ministerio de Trabajo, Carlos Salazar, llegó al área de construcción de la autopista Panamá-Colón, y no le permitieron la entrada.
Salazar denunció que él y el secretario general de la institución, Rodolfo Stanziola, fueron amenazados con pistolas por personal de la empresa Retraned S.A., subcontratista de Odebrecht. El hecho se dio cuando los funcionarios llegaron para verificar el llamado a huelga que hicieron más de 85 empleados en ese proyecto, quienes están afiliados al SUNTRACS.
Según Salazar, las amenazas vinieron de parte del personal de seguridad de la empresa, que al parecer actuaron con complicidad de las unidades de la Policía Nacional que estaban en el área y no hicieron nada para evitar la situación.
Tras intercambios verbales, Salazar y su grupo se tomaron el sitio de la huelga para colocar cintas adhesivas que certificaban que esa parte del proyecto de la autopista está en paro y no se puede mover nada de lo que se encuentra en ese perímetro.
La paralización de labores de los empleados de Retraned se dio por incumplimientos de la empresa en el reporte de la cuota obrero-patronal, la falta de equipos de seguridad, el pago de horas extras y la no aceptación de lo establecido en la Convención Colectiva SUNTRACS-CAPAC.
Tomás Mendoza, representante del SUNTRACS, aseguró que la medida de paro se mantendrá, ya que no dejarán que los obreros se expongan a accidentes.