MENSAJE
Línea telefónica directa
con Dios
Hermano Pablo,
Costa Mesa, California
Cándido Bertolini levantó
el auricular del teléfono, un poco con miedo, otro poco con dudas,
y otro poco con curiosidad. Para disfrutar de esa llamada había pagado
cincuenta mil liras, unos cuarenta dólares. Acercó el auricular
a su oído, y dijo: "Hola, ¿hablo con Dios?".
Del otro lado de la línea una voz gruesa, carrasposa, impresionante,
le contestó: "Sí, con Dios mismo". Y el anciano,
de Nápoles, Italia, le presentó a quien él suponía
ser Dios, su pedido: buena salud, algunos años más de vida
y un aumento en su jubilación.
¿Qué era todo esto? Era una trama en que dos timadores
aprovechadores, Mario Locatelli y Antonio Meli, habían hecho creer
al anciano que pagando tantas liras podía hablar telefónicamente
con el Altísimo. Y no fue sólo Bertoloni. Cientos de ancianos
como él fueron engañados en la misma forma.
¿De qué se valieron estos estafadores para armar tal pillaje
contra estos ancianos? Se valieron de ese deseo innato que todo ser humano
tiene de comunicarse con Dios. Por cierto, porque existe ese deseo, el hombre
se ha inventado muchos medios para tratar de lograr esa comunicación.
El origen y el desarrollo de tantas religiones y sectas se debe a ese intenso
deseo, a esa insaciable necesidad, de encontrar a Dios.
Las muchas religiones que hay en el mundo son una prueba de esa inquietud
espiritual, y profetas, hechicero, videntes, iluminados, brujos, y muchos
más profesionales de la religión, han surgido por todas partes
prometiendo al hombre una comunicación con Dios. Pero el hombre sigue
sin hablar con Dios, sigue siendo víctima de tanto estafador que
lo engaña, y sigue sufriendo todos los males de esta vida.
Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Sólo
por medio de El podemos establecer comunicación genuina y directa
con el autor de nuestra vida. Sólo El se ofrece como el camino gratuito
entre el mísero ser humano y el Dios Unico y Todopoderoso.
"Nadie llega al Padre sino por mí", afirmó Jesucristo
(Juan 14:6). Y esta tremenda verdad no puede ser cumplida por ningún
otro ser de este mundo.
Es posible comunicarse con Dios, pero por medio de la oración
sincera y sencilla, hecha de corazón, en el nombre de Jesucristo
su hijo. Es de este modo que Dios espera que nos comuniquemos con El.
|
|
CULTURA |
Visitan Costa Rica varios escritores mexicaos. |
|