No han subido al poder y ya están por meternos una reforma inconsulta e inconveniente, para frenar el deseo popular de elegir una constituyente. Lo próximo que viene es la militarización de los servicios de seguridad. El presidente electo lo advirtió durante su campaña y sólo la agitación ciudadana lo impedirá, porque en la Asamblea tienen una aplanadora lista para aprobar cuanta propuesta le envíe la presidencia torrijista.
Ya se escuchan voces partidarias de la designación de un militar al frente de la policía, entre ellos "comentaristas" y "analistas" con falsa reputación de inteligencia y perspicacia. La excusa es que hay demasiada violencia e inseguridad. La policía, estimado lector, generalmente hace bien su trabajo.
En la mayoría de las ocasiones identifica y arresta a los autores de los delitos que conmocionan a la comunidad.
Lo que no funciona es el sistema judicial, incluyendo al Ministerio Público, cuyo trabajo en la persecución del crimen es pésimo y vergonzoso; el sistema penitenciario, que en vez de reformar al criminal lo que hace es reforzar sus rasgos antisociales; el sistema educativo, que no inculca valores ni principios; y la familia, la base de la sociedad, cada vez más presionada por las exigencias de la "globalización" y otros fenómenos contemporáneos. Para garantizar la seguridad ciudadana, ésas son las áreas que requieren atención. Pero con la excusa de la inseguridad, el gobierno electo quiere imponernos la militarización de la policía, que tendrá desastrosas consecuencias. �No nos dejemos engañar!
