El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no asistirá a la final del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, que disputarán España y Holanda, según dijo ayer en Pretoria al término de un encuentro con el jefe del Estado de Sudáfrica, Jacob Zuma.
"No me quedaré. Ya he estado fuera siete días y estoy perseguido por las llamadas telefónicas", dijo Lula, quien alegó sus deberes como presidente para no quedarse a la clausura del Mundial, del que la selección de su país fue eliminada en los octavos de final.
Entre las obligaciones están las labores de asistencia a los afectados por las inundaciones en el noreste de Brasil.
El jueves, el gobernante brasileño presentó en Johannesburgo el emblema del Mundial de Fútbol Brasil 2014 y hoy tiene previsto estar también en el acto de presentación de la campaña turística de su país para dentro de cuatro años.