TEMAS DE ACTUALIDAD
En el
umbral del nuevo milenio 10 mil asteroides amenazan chocar con
la Tierra
Andrés Dávila
Colaborador
Uno de los trabajos
menos agradables que tienen los astrónomos es el de seguir
exhaustivamente la ruta de aquellos cuerpos celestes que representan
un potencial peligro de chocar con nuestro planeta Tierra, al
cambiar o modificar su trayectoria. Miles de meteoritos, astrolitos,
asteroides y cometas pululan a grandes velocidades por el inmenso
espacio y se calcula en una cantidad que sobrepasa los 10,000,
los conocidos y que tienen rumbo definido hacia la Tierra.
Debido a lo rápido de su desplazamiento, cualquiera
de estos cuerpos de pocas millas de espesor sería quizá
el detonante de una catástrofe de descomunales dimensiones,
que acabaría con todo signo de vida animal, situación
similar vivida hace 65 millones de años cuando, de acuerdo
con informes actuales científicos, el impacto de un asteroide
arrasó en cuestión de minutos con la vida de los
prehistóricos dinosaurios, ahora vueltos a la vida a través
de los films de Stevens Spilger.
Como consecuencia, el planeta podría ser expulsado
de su órbita e iría irremediablemente a consumirse
en las entrañas del astro Sol, atraído sin remedio
por el gran tamaño y la inminente gravedad de la gran
estrella.
Por citar tan sólo un ejemplo, algunos eruditos en
la materia y otros tantos científicos señalan el
desastre causado por el supuesto cometa que cayó en Siberia
en 1908, incidente que provocó descomunales incendios
en una vasta y extensa área, y cuyo diámetro se
calcula en un centenar de yardas.
Sin embargo, los adelantos de la ciencia no han sido capaces
de prever algunas situaciones. Los astrónomos cuentan
con sofisticados equipos y computadoras capaces de rastrear,
milla por milla el desplazamiento de los cuerpos celestes errantes.
Debido a que todos los cuerpos en el espacio se mueven en
órbitas elípticas o parabólicas, la trayectoria
pasada o futura de cada uno de ellos puede ser calculada por
cualquier cantidad de tiempo desde el instante en que se identifica.
Sólo un impacto es capaz de alterarla.
Es aquí en donde se inicia un plan de prevención
en donde los astrónomos se preocupan de vigilar con periodicidad
los meteoros conocidos por si alguna fuerza exterior o un choque
con otro cuerpo haga que alguno de ellos se convierta en realidad
en un inminente impacto. En caso tal de presentarse una situación
inevitable, los científicos proponen que se utilice la
energía nuclear para desviar la trayectoria del cuerpo
amenazaste. Una explosión atómica a una corta distancia
de cualquier meteoro es suficiente para desviarlo, aun cuando
ese desvío sea de unas pocas pulgadas, como efectivamente
se ha podido observar en los filmes futuristas" Impacto
profundo" y "Armagedón".
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