El arzobispo José Dimas Cedeño sostuvo ayer que en la Corte Suprema de Justicia sigue
oliendo a podrido. "Ya en el 2005 la Iglesia lanzó un grito de desesperación diciendo: algo huele a podrido en la Corte. Con mucha tristeza decimos que esa podredumbre no se ha corregido".
Dimas Cedeño pidió a los magistrados hacer valer su título de "honorables"."Es injustificable que fricciones entre los magistrados trastoquen la paz social de los panameños", añadió.