Una princesa saudí, que dio a luz en Gran Bretaña a un hijo fruto de adulterio, ha recibido en secreto asilo en este país, tras argumentar que se exponía a la pena capital si regresaba a Riad. La joven, cuyo nombre no se ha dado a conocer por decisión de los tribunales, obtuvo la condición de refugiada tras decirle a un juez que su adulterio podía ser castigado con la muerte por lapidación en Arabia Saudí.