Con el fin de brindarles la oportunidad de apreciar, conocer y amar las plantas a las personas que visiten el Jardín Mary, se creó este pequeño rincón ambientalista.
Una visión agro y ecoturística que busca contribuir al cuidado, estudio y promoción de la jardinería por medio del ensayo y error.
Con una reconocida experiencia que data de 1967, este lugar le brinda la oportunidad de escapar del estrés y encontrarse con sí mismo.
Un sitio ideal para paseos escolares, familiares y días feriados, pues es una fuente de inspiración para artistas y distracción sana para el angustiado.
Dentro de las atracciones del agroturismo en esta región están: la sensación del frío mañanero, con el famoso "bajareque"; cosechar legumbres en la mañana o sacar la carga para que llegue a los hogares de todo el país; acampar en la montaña o caminar por el sendero los quetzales; una tarde pescando truchas compartiendo con la naturaleza para después cenar y tomar un vinito.
Además, los turistas podrán mojarse bajo un pertinaz aguacero para trabajar y compartir con los animales que nos dan alimento.
PARA INJERTAR ROSALES
- El patrón debe tener, al menos, un tronquito de unos 2 centímetros de diámetro.
- Sobre el tronco del patrón, a unos pocos centímetros del suelo, practica una incisión en forma de "T".
- Toma una yema latente de ramas que producen flores; son las mejores. Las más apropiadas de todas son aquellas gordas, pero latentes que se encuentran entre 3 ó 4 nudos más abajo de la flor. Extráela haciendo una rebanada que se inicia 1, 5 cm abajo de la yema y se continúa de largo hasta unos 2,5 cm por encima de ella. Retírales la madera blanca de dentro y deja sólo la cortecita con la yema.
- Después, inserta entre las solapas que forman la "T" la yema hasta que el corte horizontal superior coincida con el mismo corte del patrón.
Ten en cuenta que el secreto del éxito de un injerto es que queden en contacto íntimo las capas del tronco y de la yema.