Los delincuentes esperan la salida de sus víctimas para entrar a sus casas y robar.
La familia de la casa 79 de la barriada Alborada, en Cativá, se llevó la sorpresa de su vida cuando regresaban de hacer diligencias y se percataron que un sujeto entró por la ventana y fue directo donde estaban 256 dólares y un anillo de matrimonio.
Kaisa Rivas, dueña de la residencia, estaba muy molesta porque en esta barriada hay una garita de seguridad. "Yo viví en la Feria que dicen que hay delitos, pero nadie nos robó".
Los vecinos se quejan porque firmaron contratos al comprar para que todos cumplan con el pago de la seguridad que son 15 dólares mensuales, algunos se hacen los más vivos y no les da la gana de cancelar el compromiso.
basaltos: Hay que parar eso
No solo esa familia fue visitada por los maleantes: a otra una que está enfrente recién mudada, los delincuentes les llevaron todas las joyas.