Panamá adquirió en el 2007 la responsabilidad de realizar la Copa de Naciones de UNCAF 2009. Para ese entonces, con más de año y medio por delante, se pensaba que estaría listo el remodelado estadio Rommel Fernández Gutiérrez.
Ha pasado el tiempo y los encargados de la obra, como es normal, han confrontado una serie de situaciones que los han imposibilitado de terminar el estadio a tiempo para la Copa.
Viendo la situación del coliseo y con uno o ningún escenario del que echar mano, ha llegado el momento de tomar una decisión.
Lo más sano y me sumo a Al Bianchini, colega de EPASA, sería renunciar a la sede de la Copa de Naciones de UNCAF.
Si bien el torneo sería bueno para ganarlo y levantar la imagen tras la eliminación de la carrera por Sudáfrica 2010, nada garantiza que lo hagamos, ni siquiera que clasifiquemos a la Copa Oro 2009.
Ya en el 2003 quedamos fuera del máximo evento de la CONCAFAF siendo sede de la UNCAF. En ese entonces, Nicaragua fue nuestro verdugo.
Pienso que nadie cerrará calles ni saldrá a protestar por el hecho de no organizar la Copa de Naciones en nuestro país. Si no tenemos un estadio adecuado, es mejor no jugarla.
El fútbol panameño no necesita de un evento de esta magnitud para crecer. El trabajo que hay que hacer es desde la base, fortalecer la liga local y luego pensar en participar en competencias internacionales. Así dejaremos de fracasar ante Nicaragua o El Salvador.