Unos 145 muertos, 100 heridos y 120 desaparecidos
en ofensiva
Bogotá
EFE
Unos 145 militares, policías
y civiles murieron, otros 100 resultaron heridos y 120 más han desaparecido
o fueron retenidos en la mayor ofensiva rebelde de los últimos tiempos
en Colombia, según informes provisionales extraoficiales difundidos
ayer.
Los ataques de mayor envergadura tuvieron lugar en las remotas poblaciones
de Miraflores y Uribe, en las selvas del sur del país y donde se
registró el mayor número de víctimas.
La dimensión de la ofensiva desatada desde el lunes por los rebeldes
comenzó a confirmarse a dos días de la investidura del presidente
electo de Colombia, el conservador Andrés Pastrana, que sucederá
al liberal Ernesto Samper el viernes.
Dos bases del Ejército y la Policía antidroga en Miraflores
fueron asaltadas y arrasadas por el poderoso Bloque Oriental de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Unos 30 miembros de la fuerza pública perdieron la vida, 50 resultaron
heridos y 100 fueron tomados cautivos en esta localidad, con cerca de 4.000
habitantes y considerada como el principal centro cocalero de Colombia.
Durante casi 24 horas combatieron la fuerza pública y las FARC
en Miraflores, población a una hora de vuelo desde San José
del Guaviare, que es la capital departamental del Guaviare.
Según versiones de radioemisoras locales, el comandante de la
Policía Antinarcóticos, coronel Leonardo Gallego, comunicó
hoy un "balance aterrador'' de bajas al director de la Policía
Nacional, general Rosso José Serrano.
Quien no está muerto está herido o fue secuestrado'', le
dijo a Serrano el coronel Gallego, que el martes por la tarde viajó
a esa apartada región selvática del sur de Colombia.
El martes por la noche, las autoridades entregaron un análisis
parcial según la cual nueve militares y policías habían
muerto en Miraflores y otros 22 quedaron en poder de los guerrilleros.
Testimonios de lugareños obtenidos por las radioemisoras de Bogotá
confirmaron que las bases militares en Miraflores fueron arrasadas por los
rebeldes del Bloque Oriental, que comanda el jefe militar de las FARC, Jorge
Briceño (el Mono Jojoy).
La segunda acción de envergadura, aunque la primera por número
de víctimas mortales, tuvo lugar en Uribe, localidad del departamento
selvático del Meta y cuyas montañas sirvieron de sede de los
máximos mandos de las FARC hasta 1990, cuando fueron desalojados
en una gran operación de las Fuerzas Militares.
Al menos 43 militares y policías murieron allí y otros
quince, además de un niño, resultaron heridos, un balance
total que fue de casi el doble de fallecidos al anunciado por el Gobierno
anoche en Bogotá.
Las autoridades militares confirmaron hoy también la muerte de
nueve soldados en Pavarandó, caserío del noroeste colombiano.
Doce militares más resultaron heridos y otros 18 fueron declarados
como desaparecidos, declaró el comandante regional del Ejército,
general Martín Orlando Carreño.
La ofensiva rebelde, en mayor parte atribuida a las FARC, es la más
grave que tiene lugar en los últimos tiempos en Colombia, país
que sufre un conflicto armado desde hace casi 40 años.
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