Jueves 6 de agosto de 1998

 








 

 


Unos 145 muertos, 100 heridos y 120 desaparecidos en ofensiva

Bogotá
EFE

U
nos 145 militares, policías y civiles murieron, otros 100 resultaron heridos y 120 más han desaparecido o fueron retenidos en la mayor ofensiva rebelde de los últimos tiempos en Colombia, según informes provisionales extraoficiales difundidos ayer.

Los ataques de mayor envergadura tuvieron lugar en las remotas poblaciones de Miraflores y Uribe, en las selvas del sur del país y donde se registró el mayor número de víctimas.

La dimensión de la ofensiva desatada desde el lunes por los rebeldes comenzó a confirmarse a dos días de la investidura del presidente electo de Colombia, el conservador Andrés Pastrana, que sucederá al liberal Ernesto Samper el viernes.

Dos bases del Ejército y la Policía antidroga en Miraflores fueron asaltadas y arrasadas por el poderoso Bloque Oriental de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Unos 30 miembros de la fuerza pública perdieron la vida, 50 resultaron heridos y 100 fueron tomados cautivos en esta localidad, con cerca de 4.000 habitantes y considerada como el principal centro cocalero de Colombia.

Durante casi 24 horas combatieron la fuerza pública y las FARC en Miraflores, población a una hora de vuelo desde San José del Guaviare, que es la capital departamental del Guaviare.

Según versiones de radioemisoras locales, el comandante de la Policía Antinarcóticos, coronel Leonardo Gallego, comunicó hoy un "balance aterrador'' de bajas al director de la Policía Nacional, general Rosso José Serrano.

Quien no está muerto está herido o fue secuestrado'', le dijo a Serrano el coronel Gallego, que el martes por la tarde viajó a esa apartada región selvática del sur de Colombia.

El martes por la noche, las autoridades entregaron un análisis parcial según la cual nueve militares y policías habían muerto en Miraflores y otros 22 quedaron en poder de los guerrilleros.

Testimonios de lugareños obtenidos por las radioemisoras de Bogotá confirmaron que las bases militares en Miraflores fueron arrasadas por los rebeldes del Bloque Oriental, que comanda el jefe militar de las FARC, Jorge Briceño (el Mono Jojoy).

La segunda acción de envergadura, aunque la primera por número de víctimas mortales, tuvo lugar en Uribe, localidad del departamento selvático del Meta y cuyas montañas sirvieron de sede de los máximos mandos de las FARC hasta 1990, cuando fueron desalojados en una gran operación de las Fuerzas Militares.

Al menos 43 militares y policías murieron allí y otros quince, además de un niño, resultaron heridos, un balance total que fue de casi el doble de fallecidos al anunciado por el Gobierno anoche en Bogotá.

Las autoridades militares confirmaron hoy también la muerte de nueve soldados en Pavarandó, caserío del noroeste colombiano.

Doce militares más resultaron heridos y otros 18 fueron declarados como desaparecidos, declaró el comandante regional del Ejército, general Martín Orlando Carreño.

La ofensiva rebelde, en mayor parte atribuida a las FARC, es la más grave que tiene lugar en los últimos tiempos en Colombia, país que sufre un conflicto armado desde hace casi 40 años.

 

 

 

 

 


 

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